sábado, 29 de julio de 2023

Enric Valor: L'AMBICIÓ D'ALEIX

L'ambició d'Aleix es una novela de Enric Valor publicada, censurada por el régimen, en 1960, y vuelta a publicar, con modificaciones, algunos años después, siendo esta última la versión que yo leí.

La historia está bastante bien resumida por el censor que, en su momento, se encargó de autorizar o no la publicación:

Un muchacho que convalece en una finca de la sierra de Aitana es atendido por la esposa del administrador de su madre, mujer guapísima y 40 años más joven que su marido, con quien se había casado presionada por sus padres para liberarse de la pobreza en que habían caído, y sin importarles su historia negra de patrón de barco y armador acusado de negocios sucios y hasta de un crimen.

—El muchacho y su enfermera simpatizan y acaban enamorándose, pero, de momento, no pasa de ser un amor platónico. Él, una vez repuesto, se vuelve a Valencia para reanudar sus estudios y solo se ven y comunican durante las vacaciones que aprovechan para hacer excursiones y hablar de literatura y música. Y, últimamente, del amor, que ha dejado de ser platónico, para terminar en adulterio.— Arreglado el final, págs. 148/150, no tenemos inconveniente en proponer su autorización.

La novela, a nivel estilístico, está muy bien escrita, en un valenciano envidiable, qué duda cabe. Yo la leí como si leyera Laura a la ciutat dels sants mezclada con El somriure dels sants y un poco con Carrer de pas. El narrador es poco fiable, pero también lo es el escritor que está detrás.

El protagonista, un señorito encaprichado por la Pauleta, una mujer algo mayor que él que lo ha cuidado durante una enfermedad. El tema es que Pauleta es una mujer casada. Y, nada menos, con un tipo que salvó a la familia de la ruina económica, haciéndose cargo, desinteresadamente, de gestionar sus bienes después de la repentina muerte del padre, no se sabe bien por qué. Hay alguna cosa que nos hace pensar que, quizás, mantiene algún tipo de relación sentimental con la madre del protagonista, pero eso nunca se puede saber. Quizás el autor lo dejó ahí por si lo desarrollaba, quizás son ideas mías.

Aleix es un señorito con gran opinión de sí mismo, y por eso es un narrador poco fiable. Porque, en el fondo, y eso es algo de lo que uno va dándose cuenta a medida que avanzan las páginas, es un patán. Sobre el final, es claro que uno tiene que preguntarse quién recórcholis se piensa que es, por ejemplo, cuando se permite compararse con Macià, el esposo de Pauleta, sintiéndose tan claramente superior. Un senyoret de merda, como leeríamos en Carrer de pas, si uno de sus personajes lo describiera. 

Y es que Aleix —que es un tipo agradable y de buen trato, eso está claro, porque consigue de todo el mundo lo que quiere es un bueno para nada con la vida solucionada, condescendiente con todos. Y las jugarretas que se manda —claras para todo el mundo, incluso para su víctima más directa, don Macià, un tipo que podría enfrentarlo de todas las maneras posibles, porque sabemos que es un hombre hecho y derecho, incluso peligroso, a tenor de lo poco que nos cuentan de su vida— no las enfrenta nadie. Los abusos de un señorito son como una fuerza de la naturaleza, toca sufrir. 

L'ambició d'Aleix podría ser tan sórdido como Laura a la ciutat dels sants, pero lo que es claro es que, si el autor no hubiera tomado la decisión de pasarlo de la tercera a la primera persona, podría tener la misma hipocresía que El somriure dels sants. Toda la empatía que se construye hacia el protagonista, que no la merece, no sería más que engaño de la peor calaña si su historia fuera narrada de forma extradiegética, me parece a mí. Al dejar al protagonista que narra su propia historia el peso del engaño, Valor se libra bastante de la responsabilidad del engaño a sus lectores.

El final me resultó demasiado abrupto. Un mazazo que el narrador protagonista no digiere ni justifica como narrador, siendo claramente una intromisión del escritor. Porque Aleix nunca acabaría así su propia historia.

¿Es un placer leer la prosa de Enric Valor? Sí, por supuesto. Pero, como cosa novelística, L'ambició d'Aleix se ha quedado a medio camino.



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