viernes, 30 de agosto de 2019

Autobombo: Ezeiza (EZE) - València (VLC) escala Barajas (MAD)

Hola, gente, qué tal, les dejo un enlace a mi poemario, Ezeiza (EZE) - València (VLC) escala Barajas (MAD). Las obras que la componen van y vienen de Buenos Aires a València, se nutren de mi experiencia como emigrante y de todo lo que dejo, lo que gano y lo que intercambio. En Amazon Kindle Unlimited puede leerse en forma gratuita, y hay un período de 30 días gratuitos para nuevas altas (si después no se quiere comenzar a pagar, hay que darse de baja).


miércoles, 28 de agosto de 2019

Митник Александр (compilador): Парад карикатур

Lo encontré gratis,
en una mesa de libros para
regalar de una biblioteca.
Desfile de caricaturas, compilado por un tal Mitnik Alexander, si el traductor de Google no me miente, es un catálogo de una muestra que, parece ser, se llevó a cabo en Odessa en 1989, según me comentan por ahí y no tengo motivos para dudar de ello.

¿Qué puedo decir de este librito? Está lleno de caricaturas, la mayoría de ellas sin palabras, que algunas son para matarte de risa, reflexionando o no. Ahora parece que los llaman memes, al menos en la Argentina, a las historietas de un solo cuadrito. Quizás haya que llamarlos memes, pero me resisto. Yo cuando veía a Fontanarrosa o a Crist en las contratapas de Clarín, yo no veía memes, así que no sé. En fin. Acá va una muestra:




Para mí, desternillantes.

sábado, 24 de agosto de 2019

Antoine de Saint-Exupéry: PILOT DE GUERRA

¿Dónde me los encontré a éste y Vol de nit?
No sé si fue en Todocolección,
en Iberlibro o en algún rastro.
Creo recordar que me salieron
muy, muy baratos.

Aparte de El Principito, con este que acabo de meterme entre pecho y espalda son tres los libros de Antoine de Saint-Exupéry que tengo leídos, porque hace unos años hice lo propio con Vol de nuit, en una edición también en catalán, de la misma colección (alguien habría de avisar a las buenas gentes de Edicions 62 que ellos mismos publicaron la novela que nos ocupa en esta ocasión).

Vol de nit, la verdad, no me cautivó especialmente. Y eso que la historia sucede en la Argentina. Pilot de guerra me resultó una bastante lograda pieza literaria.

Pilot de guerra cuenta, básicamente, una salida de Exupéry en un vuelo de reconocimiento, en plena Segunda Guerra Mundial. Uno agarra el libro y lo primero que puede preguntarse es cómo va a hacer Exupéry para hacer durar la historia tantas páginas como sean necesarias para que el libro cobre entidad como tal. El recurso al que echa mano Exupéry, intercalar sus impresiones con el relato de la incursión aérea. Filosofa un poco por ahí, cuenta anécdotas relacionadas más y menos estrechamente con la historia principal por allá, y las páginas se van llenando. Y ojo, que en mi opinión lo hace muy bien.

La prosa poética de Exupéry funciona a pleno rendimiento en este libro. Si uno es aficionado a subrayar cosas bonitas, tendrá que sacarle punta al lápiz varias veces, durante su lectura. Vívido y aterrador es el relato del efecto que las temperaturas extremas producen en el avión y en el cuerpo de la tripulación, cuando se vuela a gran altura. Yo me acordaba de La venus mecánica, escrita unos diez años antes, mientras Exupéry me contaba los infinitos contratiempos que los 40 grados bajo cero del exterior se estrellaban contra la máquina que pilotaba, básicamente, la congelación de palancas claves para la maniobrabilidad de la nave o incluso de las ametralladoras. Y la completa, temeraria ineficacia de los esfuerzos humanos a esa altura cuando intentaban solucionar las averías. A mí, si me preguntan, responderé que, quitando al bueno de Jack London, solamente Quentin Tarantino me contó de una manera tan impactante la relación entre el ser humano y el frío. Y es que una imagen vale más que mil palabras, evidentemente.

Hay cierto tono de autoconmiseración en el relato bastante acusado en la primera mitad del libro. Ahí no hay una mano izquierda que no se entera de lo que hace la derecha. Eso está ahí. Y uno puede lidiar con ello juzgando al autor, como cuando señalamos con el dedo en las redes sociales, o recordar que el tipo, finalmente, entregó su vida en uno de esos vuelos, protagonista hasta el último aliento de la "lucha de Occidente contra el nazismo", como él la llamaba. Y qué fácil es pedirle humildad a los demás, ¿no? Y qué fácil es, también, olvidar lo mucho que necesitamos que se compadezcan de nosotros los familiares, amigos y conocidos cuando nos pasan tragedias como pisar mierda de perro, y la necesidad que tenemos de darle sentido a esa tragedia, y si es en forma de suerte si ese día compramos un billete de lotería, mejor que mejor. Qué menos que un poco de autocompación por parte de un héroe dispuesto al sacrificio, che.

Lo que me queda claro, para concluir, es que Antoine de Saint-Exupéry no es un escritor del cual sólo haga falta leer uno de sus libros. Aunque ese libro haya sido El Principito. Vale la pena ir leyendo su obra a medida que uno se va cruzando con ella.

domingo, 4 de agosto de 2019

Autobombo: CAMINAR SOBRE LAS AGUAS Y OTROS CUENTOS

Cien páginas de cuentos, más o menos, todos escritos, más o menos, en los últimos veinte años. Hay mucho realismo urbano, algo de realismo mágico urbano, y algún cuento cuyo recorte temporal es el siglo XIX. Pero en general son todas historias que transcurren ahora mismo o hace poco, en Buenos Aires o por ahí. Hay algún personaje recurrente, bastante cosa escrita en primera persona y bastante otra cosa en tercera. Cosas de antes de hacer el Máster de estudios hispánicos en la Universitat de València, y cosas de después. Algunas cosas escritas en la Argentina, y otras en España. En fin. Ahí hay todo lo que hay, básicamente, salvo los minicuentos, que me parece que los voy a editar en Amazon próximamente, un rejuntado de los que me publicaron en Buenos Aires cuando trabajé de escrito en El diario de bolsillo, algunos más que me publicaron por ahí y otros todavía inéditos.

viernes, 2 de agosto de 2019

Josep Ramon Aragó: TEMPS DE CIUTAT I ARBRES

Creo que me lo encontré hace un tiempo,
bastante barato,
en la París-Valencia.
Temps de ciutat i arbres es un poemario en catalán editado en 2008 por La Garúa llibres. El autor, un licenciado en Ciencias Ambientales nacido en 1947.

El libro, a pesar de lo que diga el índice, en mi opinión está articulado en dos secciones más o menos claras y antagónicas: el tiempo de los árboles, que va primero, y el de la ciudad, que va después. La primera sección, pues, está bastante monopolizada por árboles de toda condición, con sus respectivos nombres. Entre éstos, destaca el poema Vern (aliso, en castellano: el gusto es mío), el cual el autor dedica a su propia ignorancia (36):

A internet no puc trobar tot el que cerco,
i menys la web on pugui observar l'arbre
altra vegada, per garantir-ne el nom.

Y aquí comienza a dar una clave de una actitud vital candorosa, el poeta, y que no me desagrada. Pero tampoco le falta autoconciencia y sentido del ridículo, lo que me queda claro cuando leo El mite de la caverna, ampliat (45-46):

Algun grec clàssic graciós podria dir
que hem sortit de la caverna per anar a obrir la capsa de Pandora.
 
Però un altre filòsof també podria apuntar
que, a nous temps, calen noves paraules.
Qualsevol cosa menys allò de "no sé res", i fer-se el Sòcrates.
Y sí, a mí se me ponen a funcionar juntos estos dos poemas.

Si tengo que hablar de gustos, tengo que decir que toda la parte de los árboles se me hizo muy tediosa. Para hablar de árboles, nadie como don Bárbol, y cualquier otro me suena a poco. Pero es una cuestión de gustos, reitero.

La parte de la ciudad se me hizo más sustanciosa y cercana. Es lo que tiene ser un psicobolche posmoderno sobrevenido generación X, que si me tocan la fibra íntima, me gusta. Y me gustó especialmente el poema dedicado Als morts i mortes per brutals repressions (81):

Marcus Crassus va fer crucificar 6000 vençuts.
(De tantes creus, va néixer el cristianisme).
El general romà es va fer molt ric,
però en un descuit va ser capturat. Diuen
que li van fer empassar
or fós.
 
Punt de fusió de l'or: 1064 ºC.

"Qué linda que es la justicia poética, ¿verdad?" podríamos decir si no supiéramos, como sabemos, que cualquier animalada escrita en redes sociales y demás te puede volver como un búmerang después de cualquier tiempo, a joderte la vida así que pasen cinco años. Entonces no lo vamos a decir. Tampoco vamos a decir que, leyendo este poema, nos acordamos del programa ese, 1000 maneras de morir. La gente cuyo deceso nos cuentan en ese programa suelen ser de dos categorías: o bien pobres desgraciados que cometen estupideces sin nombre o tienen la peor de las malas suertes, o effin desgraciados que la palman justo cuanto más los odiamos. Con los primeros el espectador sólo puede sentir lástima o morbo, en cambio con los segundos verlos morir es glorioso (para otros, no para mí, por supuesto). Los primeros suelen ser mujeres que se depilan de prisa y sin medidas higiénicas, gente que toma licor ilegal y se envenena, cosas así, realmente no es divertido. Los segundos suelen ser jefes que están echando una bronca injusta y ofensiva a algún empleado y les da un paro cardíaco, monarcas que están firmando un ducado de Franco, esas cosas. Gente a la que no se puede respetar, básicamente. Porque no lo merecen. Más bien todo lo contrario.

Del poemario me quedé con algunas citas más, subrayadas. Cosas como: "mai he esperat tan fort/com quan era un infant" (85); "penso que la suma de molts grans de sorra/faran una platja" (84); "No hi ha un destí que xucla/des d'un futur. Vents, sí" (90) o los poemas dedicados a la búsqueda de empleo o clientes, que me parecieron, a su manera, encantadores.