martes, 27 de marzo de 2018

Leonardo Sciascia: UNA STORIA SEMPLICE

Me lo compré nuevo, en librería y todo.
Una storia semplice es, por una parte, el típico policial negro en el que, si sale bien la cosa, como es el caso, lo último que te acaba interesando es quién es el asesino y, por el otro, como ha salido bien la cosa, una lectura que te arranca varias carcajadas pequeñas y amargas.

Sciascia ubica su novela en una Sicilia absolutamente rota, corrompida y en la que no se salva nadie. Unos, porque están percudidos de porquería; otros, porque aún tienen ánimos para salvar los muebles, para sobrevivir, y nadie queda incólume.

No hay inocentes en el librito de Sciascia. Y es de agradecer que no haya escrito su historia con la típica sorna posmo ante los culpables, hubiera sido indigerible. De todos modos, no creo yo que esta simple historia pueda ser contada posmoderneando.

Una extraña muerte, piezas que no encajan, dos cuerpos de policía (o como sea que se llamen allá en la bota) que se odian, un poco de nada es lo que parece, un final obscena y ahítamente tremebundo.

Dicen por ahí que la presencia de la mafia y del tráfico de drogas es palpable para quien sabe buscarla. Puede ser. Yo lo leí en italiano, y la verdad es que se me escapó el asunto.

Supongo que a quien le gustan novelas como Wilt o como La esmeralda candente, le tiene que gustar Una storia semplice. No es desopilante como aquéllas, pero tiene aquí y allá su punto. A pesar de que, como me dijeron hace un rato, una historia en la que esté la mafia de por medio nunca puede ser divertente.

Hay peli, y hay un tipo que se grabó leyéndola si se lo busca en YouTube. Hay, también, traducción al castellano.

lunes, 19 de marzo de 2018

Miguel Llor: EL SOMRIURE DELS SANTS (The Smile of the Saints - Il sorriso dei santi)

Criando vientos...


Han pasado cuatro años, y Laura decide volver a casa, con el cerdo de su marido, quien apenas la ve entrar a su habitación le echa los suficientes polvos como para volver a salir de la habitación ya al día siguiente, con el cuerpo y el aliento (de él) tan agrios como al comienzo del reencuentro. A Laura no le ha parecido mal, lo cual es normal, porque el personaje está muerto y es el autor quien lo ha matado. Los muertos no sienten, por si hacía falta aclararlo.
...cosechando tempestades


La trama se deshilacha, ni el autor demuestra mucho interés en ella. Los conflictos no son tales, porque son irresolubles. Pasan los años como suspiritos fraseados, alguno que otro parrafeado. Se nos cuenta que el cerdo del marido seguirá igual como es hasta el día de su muerte, y de eso nos enteramos a la mitad de la novela. Pasa la Guerra Civil, esa rebelión de las masas.

Leí esta novela apesadumbradamente. Es muy cortita, y me costó mucho acabármela. Laura da vueltas y vueltas, y vuelve al mismo lugar. Si en la primera novela se recluye en un convento, en la definitiva la definitiva reclusión es en su propia casa, junto a un marido que, como todos los hombres que se interesan en ella, no la merecen ni están a la altura de sus zapatos pero que, curiosamente y al mismo tiempo, el autor nos lo revela como mejor que Laura, a su manera, porque, como los peronistas borgeanos, no es ni bueno ni malo, el pobre, sino incorregible.

Teresa y Laura, las cuñadas, siguen adelante como pueden. Se saben y sienten malas e indignas de compasión, y tienen la autoestima por los suelos. Su mayor pecado es no amar a un hombre. Mismamente como la viuda señora Oriol, que se lo revela a Laura en una de las postreras conversaciones que la protagonista tiene con ella.

La tristeza y humillación paralizan a los hombres, pero infunde fuerzas a las mujeres, en esta novela. Aun así, la historia de Laura no puede ser más funeraria, porque Laura está muerta, es un autómata que vive, a su manera, para los demás. El autor, ambivalente pero impiadoso, no puede evitar explicarnos la indigencia sentimental de Laura, su incapacidad para el amor cuando casi no quedan páginas para restregárnoslo por la cara. Se muere Magem, el viejo medio loco y casi amigo íntimo de Laura, y ésta se descubre a sí misma como si acabara de llover.

Cuentan por ahí que El somriure dels sants fue una intentona de Llor de congraciarse con quienes había ofendido en Laura a la ciutat dels sants. Puede ser. Me cuesta ubicarme en la época, y quién sabe. Transformar a Laura en algo homologable a la peor de todas quizás funcionaba para eso.

***

Versión en inglés


Four years have passed, and Laura decided to return to home to stay with her husband. He's a pig, and he fucks her again and again, the whole night of Laura's return, since the sun rises next morning. Laura, although her suffering and her husband's sour breath, didn't found it so bad, which is a normal thing, because the character is dead, the author have killed her. Deads feel nothing, if such dettail is necessary.

Kids get born and Laura follows the recommendations of her contemporary moral autorities, which means that she is so submissive and just accepts everything her husband does.


The plot just colapses, not even the author shows so much interest of it. Conflicts are not really such things, because they have no possible solution. Years passes like sight, and we know that the husband will not change until the day he dies, and you realize that in the middle of the novel. Civir War alwo passes, such Revolt of the Masses...


I read the novel with greaf and sorrow. It is so short, but that didn't help me to finish it. Laura goes around and around and she finished in the first place she starts. If in the first novel Laura cloded hersef in a convent, in the second novel Laura recluded herself in her home, besides her husband who is not worthy of her, but the Author shows as a better person in his own and especial way just because he is nor good nor bad person, poor thing...


Teresa and Laura, the sisters in law, they just go ahead and do the best they can. They all know that they are bad and unworthy of compassion, and their selfestim simply don't exist. Their worst sin is not loving a man. Same Ms Oriol, the widow, as she revealed Laura in one of their last conversations.


Sadness and humiliation stop the men, but are a source of strengh to the women. However, The story of Laura is anything but a funeral, because she is dead, she is just an automat who lives for others. The author, ambivalent but merciless, just can't stop rubbing in our face how incapable of loving Laura is, when the novel is barely ending. Magem, the old crazy friend of Laura dies, and she found herself feeling nothing.


They say that El somriure dels sants (The Smile of the Saints) was Miquel Llor trying to ingratiate to people who was so offended by Laura a la ciutat dels sants (Laura in the city of the saints). Maybe. Hard thing trying to put yourself in that time, so who knows. Transforming Laura in the worst of all was maybe his best shot.


Versión en italiano:


Sono passati quattro anni, e Laura decide di tornare a casa con suo marito, un porco che appena la vede decide di scoparla milla volte fino all'alba. Laura usce de la camera da letto molto addolorita a causa dall'ostile tratamento e con il ricordo del suo alito pesante. Laura, purtroppo, non ha presso male questa tortura, che è normale, perché il personaggio è morto. L'autora ha usciso Laura, e i morti non sentono niente, per scontato.


I figli nascono, e Laura rispetta scrupulosamente tutti i consigli delle autorità morali del tempo.


La trama crolla, ne anche l'autore ne mostra troppo interesse. I conflitti non sono tali, perché sono irresolvibili. Gli anni passano come un sospiro. Ci si raccontano che il porco, il marito non canvia niente fino quando muore, e ci raccontano c'ò nel bell mezzo del romanzo. Anche la Guerra Civille passa, quella Revelione delle Masse.


Ho fatto molta fatica a leggere questo romanzo, che purtroppo è abbastanza breve. Laura gira e gira e rittorna sempre allo stesso posto. Se nel primo romanzo Laura si ritira in un convento, nel romanzo definitivo il definitivo ritiramente sucede a casa sua, accanto suo marito il cui, come tutti gli altri uomini che incrociano i suoi passi, non è degno neanche di baciarli i piedi, pur essendo meglio di lei, secondo l'autore, perché nel suo molto particolare modo non è né buono né cattivo, quel poveretto...


Teresa e Laura, le due cognate, continuano le loro vitte come si può. Loro si sanno e si sentono cattive e non meritano nessuna pietà. La loro morale è a pezzi. Il loro peggior pecato è quello di non amare un uomo, lo stesso della vedova Oriol, che lo rivela Laura in une delle ultime chiacchierate con la protagonista.


La tristezza e l'umiliazione paralizzano agli uomini, però infondono forza le donne, in questo romanzo. Purtroppo, la storia di Laura non può essere più funeraria, perché Laura è morta, è un'automata che vive, a suo modo, per gli altri. L'autore, ambivalente però spietato, non può evitare di ci mostrare l'indigenza morale di Laura, la sua incapacità di amare quando non restano più di poche pàgine per finire il romanzo, e ci lo sbatte in faccia. Muore Magem, un vecchio pazzo e pratticamente amico intimo di Laura, el lei non prova niente per lui.


C'è chi dice que El somriure dels sants è stato un tentativo de Miquel Llor per ingraziarsi con quelli ofessi da Laura a la ciutat dels sants, il primo romanzo della serie. Può darsi. É dificile collocarsi nella prospettiva dell'epoca, quindi chi lo sa. Trasformare Laura in una sorta della piggiore di tutte forze ha funzionato in questo modo.    


***


Versión en catalán


Han passat quatre anys, i Laura decideix tornar a casa, amb el por del seu home, qui a penes la veu entrar a l'habitació la fot prou vegades perquè torni a eixir-ne, a l'altre dia, amb el cos i l'alè (de ell) tan agre com en començar el retrobament. Laura no l'ha trobat malament, la qual cosa és normal, perquè el personatge és mort, l'autor l'ha matada. Els morts no senten gens, per si calia aclarir-lo.


Naixen els fills, Laura segueix al peu de la lletra les recomanacions de les autoritats morals del seu temps.


La trama es desfila, ni tan sols l'autor hi mostra molt d'interés. Els conflictes no hi són, perquè són irresolubles. Els anys passen com a sospirs. Ens conten que el porc del marit seguirà igual a si mateix fins al dia de la mort, i d'això ens enterem al bell mig de la novel·la. Passa la Guerra Civil, eixa rebel·lió de les mases.


Vaig llegir aquesta novel·la apesaradament. És un llibre molt curtet, i vaig patir molt a acabar-me'l. Laura gira i gira, i sempre torna al mateix lloc. Si en la primera novel·la es reclou en un convent, en la definitiva la definitiva reclusió és a casa seua, al costat del marit qui, com tots els hòmens que s'interessen per ella, no l'arriba ni a la sola de les sabates però que, curiosament i al mateix temps, l'autor ens el revela com a millor que Laura, a la seua manera, perquè el pobre angelet no és ni bo ni roín, és incorreglible, simplement.


Teresa i Laura, les cunyades, perseveren com poden. Se saben i se senten roïnes i indignes de tota compassió, i tenen l'autoestima com un drap brut. El seu major pecat, no estimar un home. El mateix de la vídua Oriol, la qual ho revela a Laura en una de les seues darreres converses.


La tristesa i la humiliació paralitzen els hómens, però infonen forza les dones, en aquesta novel·la. Tot i així, la història de Laura no pot ser més funerària, perquè Laura és morta, és un autòmat que viu, a la seua manera, per als altres. L'autor, ambivalent però impietós, no pot estalviar-se d'explicar-nos la indigència sentimental de Laura, la seua incapacitat per a estimar quan ja pràcticament no queden pàgines per passar-nos-ho per la cara. Mor Magem, el vell tocat de l'ala i mig amic íntim de Laura, i ella com qui sent ploure.


Hi ha qui diu que El somriure dels sants va ser una temptativa de Llor de congraciar-se amb qui s'havien enfadat a causa de Laura a la ciutat dels sants. Potser. Em costa ubicar-me en l'època, i qui sap. Transformar Laura en una mena de la pitjor de totes tal vegada funcionava d'aquesta manera.