sábado, 30 de diciembre de 2017

Ana Frank: DIARIO DE ANA FRANK

Me lo compré en
un mercadillo solidario
de la EOI de València.
Creo que leí el Diario de Ana Frank, por primera vez, cuando tenía veintipoquísimos años. Era una edición bastante vieja, que no conservo actualmente, y que ya en ese momento había perdido las tapas. Yo la había arreglado con ganchitos y cinta adhesiva.

En algún momento me enteré o intuí que la mía era una versión censurada e incompleta, y me deshice de ella. Quizás fue antes de venirme para España. Me recuerdo a mí mismo llevándomelo a una estación de servicio en la que trabajaba en horario nocturno cuando estaba recién casado. Recuerdo a dos empleados de la estación de servicio que juzgaron negativamente mis lecturas: uno, porque leyera en horario de trabajo; el otro, porque leyera ese preciso libro, y creo que no era por antisemitismo (el tipo andaba medio obsesionado por la literatura y filosofía maldita en esa época), pero andá a saber (el tipo era argentino).

El otro día me crucé con esta versión adaptada, de Penguin Readers, para estudiantes intermedios de inglés. Me la compré y la leí en unos días. Un compañero de la EOI, cuando se lo enseñé, me comentó algo así como que cuánta polémica hubo con este libro, y yo le contesté que sí, que los neonazis dudaban de su contenido, y la gente decente no. Así de diplomático me he vuelto últimamente.

Mi hija trabajó sobre este libro hace unos días, en la escuela. Fue una casualidad volver a cruzármelo.

Cada vez que leo este libro me asalta un sentimiento de duelo reciente. Una mezcla de sentimientos que se impugnan entre ellos. Un duelo.

Conseguidos aquí y allá.
En casa tengo tres versiones más: en castellano, italiano y catalán. Las ediciones en italiano y en catalán prometen ser completas y actualizadas, pero habrá que ver si son de antes o de después de que aparecieran los últimos fragmentos. Creo que volveré a dejar pasar bastante tiempo antes de volver a leer este libro. Me deja echo polvo.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Alessandro Baricco: SENZA SANGUE

Lo compré en una librería.
Dos ancianos vuelven a encontrarse por segunda vez en sus vidas. La primera vez, hundida en la noche de la guerra, fue cuando el hombre descubre a la mujer, siendo ésta una niña, escondida en la casa en la que acababan de ser asesinados su padre y su hermano. El hombre no avisa a sus camaradas, y la niña se salva. España, recién acabada la Guerra Civil, tiempo de represalias.

A partir de esta premisa, de este afortunadísimo golpe de suerte de la protagonista (lo normal hubiera sido que la violaran entre todos, después la torturaran y después la asesinaran, que es lo que habitualmente hacían las bandas que conformaban lo que actualmente es el Partido Popular), es que se construye una historia vertebrada en el diálogo de estos personajes junto a las medidas, dirigidas enunciaciones del narrador, siempre poniendo el ojo en la memoria, en el testimonio, en el testigo.

Yo no estudié a Giorgio Agamben, pero algo sé de por dónde van sus tiros, porque algunos fragmentos de su obra sí que leí, mientras cursaba un posgrado. Parece bastante claro que a Senza sangue hay que barajarlo con Agamben y ver qué sale de todo eso. También, con el David Becerra Mayor de La novela de la no-ideología y, seguramente, el de La guerra civil como moda literaria (que todavía no leí).

Los protagonistas son dos actores y dos testigos, su testimonio tiene toda la verdad y toda la duda, y el narrador nos lo va señalando todo el tiempo, tanto a partir del accionar de sus personajes principales como cuando describe el entorno. Todo es materia de testimonio en Senza sangue, y si eso no se lo tiene claro mientras se lee la novela, no parece que se pueda ser consciente de su funcionamiento.

Baricco, con sus pinceladas maestras, consigue que nos apiademos de forma infinita de un verdugo fascista. Nos cuenta cosas como que el viejo tenía el cuello mal afeitado, como todos los viejos del mundo, o que llora sin taparse la cara. Esas cosas funcionan. Nos apiadamos del fascista que, para más inri, y disculpen el más que previsible spoiler, al final se queda con la chica. Y sí, es una forma no tan buena como cualquier otra de mostrar que "el Franquismo ensucia todo lo que toca. Incluso, en algunos tristes casos, a sus víctimas más directas".

Me gusta cómo escribe Baricco, y leo sus libros con bastante premura. Eso es indiscutible. Pero este libro, tan bellamente escrito, también es repugnante.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Louise Fatio: ¿DÓNDE ESTÁ EL LEÓN FELIZ?

El quinto de la serie, el único que he leído.
Poquitos libros conservo de cuando era chico, pero éste aún lo tengo conmigo. Lo editó Kapelusz en 1975, lo leí decenas de veces, después lo leyó mi hijo, ahora mi hija, primero lo personalicé yo con dibujitos y rayones y ahora mi hija, bolígrafos y lápices sobre el papel grueso y quebradizo.

La autora escribió un montón de libritos de esta serie. Seguramente acabaré haciéndome con ejemplares en inglés, porque todo suma y más si nos ponemos nostálgicos. Yo sólo leí éste, aunque creo que alguna vez me crucé con El león feliz así, a secas, pero ya era demasiado grande para pedir que me lo compraran.

El león feliz vive en el zoológico y es amigo de Francisco, el hijo del guardián, quien se ha ido lejos a estudiar internado. El león feliz lo extraña tanto, está tan triste, que decide escaparse e ir a buscarlo. Obviamente la decisión no es del agrado de todos, mucho menos de los distintos personajes con los que va cruzándose por el camino. Pero la realidad es que el león feliz es más manso y amable que mi gatito, que cuando juega saca las uñas.

Y por si todo esto fuera poco, las ilustraciones te iluminan, te asustan, te hace sentir frío o calor, te sumergen en un tiempo otro que te enganchan de una vez y para siempre.


viernes, 8 de diciembre de 2017

Martin Heidegger: CARTA SOBRE EL HUMANISMO

Ni idea de cómo lo conseguí
ni de cómo me desprendí de él.
Lo vi pequeñito, escuálido,
y pensé que podría con él.
No fue así.
Nota mental: no juzgar
a los libros no sólo por la portada,
tampoco por su tamaño.




Me recuerdo a mí mismo leyendo este libro, que ya no conservo, rodeado de maestros que conversaban feliz y ruidosamente. Es la mejor coartada que tengo para justificar que, sencillamente, no me enteré de nada de lo que estaba leyendo cuando me lo leí de una o dos sentadas.

Pero qué asquito...

sábado, 2 de diciembre de 2017

Massimo Carlotto: NIENTE, PIÙ NIENTE AL MONDO. MONOLOGO PER UN DELITO

Me lo compré en una
librería cercana a la EOI.
Massimo Carlotto es, por lo que me han contado, un escritor italiano muy reconocido. Esta nouvelle (en realidad, un monólogo teatral sin acotaciones) es la única obra de él que he leído.

La voz narrativa está prácticamente monopolizada por la protagonista, una madre de familia del norte de Italia que acaba asesinando a su propia hija, a quien le cede durante unas páginas la voz a partir de la lectura que hace de su diario.

Es claramente un texto teatral, YouTube da testimonio de ello. Está redactado para que una actriz de lo mejor de sí sobre un escenario, y no tengo ningún motivo para dudar de que, como espectador, este texto podría funcionarme.

A mí, si me preguntan, me parece un ejercicio de estilo. Está redactado a la manera que lo hacían los escritores con inquietudes sociales de los '60 y '70. Realismo sucio, naturalismo, un pelín de determinismo que se nos escapa. Hace un rato estaba buscando entre los cuentos de Héctor Lastra, porque estaba convencido de que había uno con el que podía compararlo, pero no pude encontrarlo. A lo mejor voy a tener que buscar entre los de Abelardo Castillo (y, si no encuentro el que busco, tendré que desistir).

La protagonista, casada y con una única hija, cuenta sus penurias económicas, su pésima relación con su hija, su frustrante relación con su marido, se emborracha, mata a la hija. El lector primero se apiada de ella; después descubre que, además de pobre es xenófoba, como no podía ser de otra manera, entonces ya siente asco; después vuelve a sentir pena, después asco, después horror, después asco o pena, y así. Todo está ahí para quien quiera verlo, expuesto.

Hacia la hija uno no puede más que sentir una compasión infinita. Hay por ahí algún detallín que nos pone alerta, que determina que seguirá tarde o temprano, quizás a su manera, los pasos de su madre, como no podía ser de otra manera, pero no tiene la oportunidad de terminar de hundirse.

Por lo que me han contado, no es sorprendente que los escritores italianos contemporáneos publiquen obras remedando maneras de los '70. Yo no puedo dar fe de ello ni de lo contrario, porque hasta hace nada, que descubrí a Baricco, lo único que había leído fatto in Italia era a Dante y a Emilio Salgari (apenas leí algunas páginas de ficción de Eco).

domingo, 26 de noviembre de 2017

Alessandro Baricco: NOVECENTO. UN MONOLOGO

Me lo compré en una de las
librerías cercanas a la EOI.
Mi biblioteca, casi exclusivamente
monolingüe en castellano tiempo ha,
se mecha en bucles,
en oleadas,
de libritos primero en catalán,
ahora también en italiano.





Comencé a leer Novecento con la misma desconfianza que me producía Seta cuando lo leí el año pasado. Hace unos meses intenté escuchar una versión recitada que había encontrado en YouTube, pero no la acabé, no me gustó.

Me compré hace unos días un ejemplar pequeñito de Novecento, y lo leí en un par de días. Al final me gustó, me pasó lo mismo que con Seta.

No es ninguna novedad que Baricco, como Isabel Allende o William Faulkner, es de esos escritores que uno puede describir, sencillamente, como que escriben como García Márquez. Sin entrar en más análisis, apelando a sobreentendidos, que así la vida es más buena y leve.

Yo suelo apelar a un atajo y coartada que me estalvia tener que explicarme y acabar haciendo el ridículo. Yo digo cosas como "si te gusta Fulano, seguramente te va a gustar Zutan@". No es una fórmula mágica, y desde luego que si te gusta García Márquez no tiene por qué gustarte Baricco. Pero yo, como Sartre, sé lo que iba a hacer y eso será lo que hice, he tomado una decisión. 

Novecento es un monólogo, es un tipo, trompetista en un barco, que cuenta la historia del pianista, un tipo que nació en el barco y que jamás pisó tierra. El narrador-actor apenas cuenta nada de sí mismo, su atención está fagocitada por Danny Boodman T.D. Lemon Novecento, el pianista nacido sobre el agua, el pianista que sólo puede tocar el piano cuando tiene el océano bajo el culo.

La versión cinematográfica tranquiliza al espectador por la vía de la comedia y la ligera infantilización de los personajes, pero llega un punto en el que uno no puede menos que entreleer el amor a través de la predilectada amistad no correspondida que el narrador expone trágicamente ante los ojos del público. Como cuando uno leía, de muy joven, El retrato de Dorian Gray, y lo que se suponía era inaceptable, y ahí llegaba el autor para ponerle a uno delante de la nariz a la bellísima Sibyl Vane, para que uno pudiera respirar aliviado. En el caso que nos ocupa, en la imagen de una mujer sin anillos en los dedos y con la piel transparente. Una forma tan buena como cualquier otra de introducir un triángulo amoroso, además.

Es claro que a Novecento hay que tirarle a Freud por la cabeza y ver qué sale del menjunje, porque los hitos están plantados por el autor ahí, visibles y perturbadores, embarrando la frontera.

El otro día me compré Senza sangue. Tengo bastantes ganas de leerlo.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Arkadi y Boris Strugatsky: PICNIC EXTRATERRESTRE

Supongo que era de mi viejo,
quien también pasó por una
época que devoraba CF.
¿Quién sabe? Quizás era nuevo
cuando se lo compró (aunque lo más
probable sea que se haya hecho
con él en el Parque Rivadavia.
En fin).
En fin.






1

En la memoria de gesta que conservo, hubo un tiempo en el que sólo confiaba en Minotauro a la hora de leer Ciencia Ficción. Cualquier otro libro del género chocaba contra una desconfianza impermeable, si se cruzaba en mi camino. La mía, supongo, era una forma tan cobarde como cualquier otra de tenerle miedo al cambio, pero fue la que era. Y sólo a través de libritos como Ciudadano del espacio (Nebulae, qué angustiosa la idea de volver a leerlo) o Lo mejor de la Ciencia Ficción rusa (Bruguera) fue que mi desconfianza acabó desmoronándose.

Y también gracias a Picnic extraterrestre, editado por Emecé en Buenos Aires en 1978, y que todavía conservo, con su olor a revista El Tony, con sus reparaciones hechas a la cinta de embalaje aplicada hace décadas, con su lomo perfectamente desintegrado, uno de los pocos ejemplares del género que se salvó de ser desbaratado de mi biblioteca cuando me vine de la Argentina a España.

2

Picnic extraterrestre es un clásico, una novela corta que, al menos de oídas, todo seguidor de la CF conoce. Si te gusta la CF, sabés que de Rusia vinieron los hermanos Strugatsky y el cuento "Los cangrejos caminan por la isla".

¿De qué va PE? Un buen día aparecen, desperdigados por lugares inhabitados de la Tierra, unas zonas con, aparentemente, deshechos de todo tipo, abandonados por una sociedad alienígena en su paso por el planeta. Los seres humanos son como hormigas que se encuentran una pila sulfatada junto a un terrón de azúcar: están jodidos: mucho control gubernamental, mucha militarización, pero el mercado negro florece alrededor de las zonas: las pilas sulfatadas de los extraterrestres tienen un valor, mucho más que la vida de los stalkers (merodeadores) que se infiltran en las Zonas y se llevan a casa lo que pueden. A veces, con suerte, haber sobrevivido. Pagando un precio.

3

Existen varias traducciones al castellano. La primera, una traducción tomada de la versión inglesa. Después aparecieron traducciones directas del ruso. También, controversia acerca del título. Hay incluso una edición en catalán, Picnic a la vora del camí, que alguna vez tuve pero que acabé vendiendo por Wallapop o Todocolección antes de leerla (la biblioteca del pueblo ya tiene un ejemplar de esta edición).

Por haber, hay incluso versiones censuradas y que los autores no reconocen como propias. De hecho, es recién la edición rusa de 1990 la que A y B Strugatsky dan por buena. Dos décadas después de que su texto apareciera por primera vez a los ojos del mundo.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Lyman Frank Baum: THE WIZARD OF OZ

Cuando era pibe leí varias veces El mago de Oz en la edición de Robin Hood, la de tapas amarillas. Fue un libro que me acompañó durante años, y más que ningún otro. El otro día me crucé, supongo que en una casa de empeños, con esta versión resumida por Oxford Bookworms importada directamente de China, y me la compré. Se lee en una horita, hora y media.

¿Quién había escrito un texto satírico sobre cómo adaptar los clásicos? No lo recuerdo.

Ya me había olvidado de varias cosas, de esta novela. Se me volvió a estructurar, más o menos, el devenir de los personajes al acabar mi versión amarilla, mi stage 1. Me acordé de las cuatro brujas, de cómo vuelve Dorothy a su casa de Kansas, de que los monos voladores de los Simpsons son un homenaje a este libro, esas cosas.

Tendría que tener los cataplines necesarios para leerlo en su versión original, sin censura y sin adaptación.


sábado, 4 de noviembre de 2017

Mark Twain: THE £1,000,000 BANK NOTE

De Mark Twain leí varias de sus aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn en las entrañables ediciones de tapas amarillas de la argentinísima colección Robin Hood. Era un pibe, y devoraba cuanto libro amarillo caía en mis manos.

Si no recuerdo mal, nunca leí ninguno de los cuentos de Twain. Hasta ahora, que me crucé en una casa de empeños con este librito a 1 € y que, negociación mediante, me llevé a 50 ¢.

¿Qué decir de mi última adquisición, este librito de Vicens Vives? Que las suyas son ediciones cuidadas, impresas en Barcelona pero, a juzgar por mi librito, con profusión de apellidos italianos en su equipo creativo; encuadernación cosida, papel excelente; viene con su CD y que, aunque no se convervaba en el lote que compré, alguien ya se tomó el trabajo de subir el audio a YouTube.

Mi librito tiene lots of dibujos, fotos y actividades. Yo no tengo nada contra los libros ilustrados, más bien lo contrario, y las del que me ocupa son encantadoras.

Las actividades, demasiadas, en mi opinión. Supongo que sólo son resueltas, trajinadamente, por estudiantes de Secundaria o Bachillerato a quienes the Teacher así lo demanda. Quizás sean un recurso para que el librito pierda valor de reventa. Quizás sea, simplemente, que a la fiebre de las Unidades Didácticas no hay forma de desengranarla.

¿Me gustó este cuento? Fue divertido, es de esos libritos adaptados que me pican la curiosidad por leerlos enteros. Mark Twain presenta una historia disparatada, imposible, desquiciada, inserta en un contexto realista bastante riguroso: una forma tan buena como cualquier otra de escribir humor. ¿Y de qué se trata? De las aventuras de un tipo que no tenía dónde caerse muerto, recién llegado a Londres desde los Estados Unidos, después de que dos misteriosos caballeros le dieran un billete de un millón de libras para que lo cuide durante un mes.

Pues eso.

domingo, 29 de octubre de 2017

Herbert Marcuse: CULTURA Y SOCIEDAD

Lo compré en un rastro,
en una casa de empeños
o en la París-Valencia.
La realidad es que de
un tiempo a esta parte
suelo cruzarme con ejemplares
de esta edición porteña
allí donde voy. Es de esas épocas en
que en la Argentina
se editaba uno o dos años
después de la publicación original
las traducciones de obras
como las de este
tipo, Sartre, etc.

Se ve que los ejemplares de
Sur estuvieron guardados
en algún depósito alguna que
otra década, y que
alguien en algún momento
decidió volver a
hacerlos circular.














Siempre vuelvo a Cultura y Sociedad, de Herbert Marcuse. A uno de los ensayos que lo conforman, en realidad: "Acerca del carácter afirmativo de la cultura". Lo tengo asediado de pósits y de subrayados en lápices de tres colores. Me sirve para reflexionar críticamente sobre Educación, para pelear dignamente algunos rounds contra el Goliat que nos han lanzado al cuello desde la Administración, ese general de la CEOE que nos PISA. Me refiero a las omnipresentes Competencias.

¿Por qué lo tengo tan trajinado a mi Cultura y Sociedad? Primero y principal, porque mi acuífera memoria necesita que le señalen todo con el dedo todo el tiempo. Segundo, porque cuando Marcuse me explica que vivimos en una sociedad en la que "no interesa que el hombre viva su vida, lo que importa es que la viva tan bien como sea posible", que hay que "injertar la felicidad cultural en la desgracia", que "esta felicidad no puede violar las leyes de lo existente", porque "la libertad del alma ha sido utilizada para disculpar la miseria, el martirio y la servidumbre del cuerpo", yo sé que me está hablando de nuestro tiempo y que, junto a todo lo demás, puedo hacerlo funcionar a la hora de pensar la Educación.

Es llamativo que los gurúes de las Competencias (con Marina como su más conspicuo troyano) exigan siempre a los docentes y a los sistemas educativos que formen al alumnado para ser capaces de adaptarse a como dé lugar a un mundo que cambiará constantemente, incomprensiblemente, pero asumiendo que esos cambios siempre serán de afuera para adentro, es decir, que nunca los verán a nuestros alumnos y alumnas como protagonistas de ese cambio. Porque ellos no puede ni debe cambiar nada. Sólo adaptarse, ser competente/competir, o morir. Su "felicidad no puede violar las leyes del orden existente", tiene que ser un "individuo [que] ha aprendido a plantearse, ante todo, las exigencias a sí mismo", "[encontrar] su felicidad en lo existente".

Porque lo que no hay que olvidar es que "el carácter inofensivo de la felicidad crea su propia negación".

Podría y debería seguir, pero aquí lo dejo. Unas 40 páginas dura el capítulo que más me interesa. Ésta no es la mejor reseña, pero es una reseña. Leerlo directamente a Marcuse, en este caso, cuesta un poco más de media hora.

sábado, 21 de octubre de 2017

Geronimo Stilton: EL LLIBRE I LA ROSA

Lo regalaba una seño.
Yo sé que hay libritos de Geronimo Stilton de todas las formas, colores, tamaños y olores, que no sabores. El que me ocupa, El llibre i la rosa, es una edición pequeñita, en catalán, supuestamente traducido de un ignoto original italiano, Il libro e la rosa, que no parece que haya sido nunca publicado en italiano previamente, porque el único que he podido encontrar del mismo nombre parece cualquier cosa menos un libro para niños.

En fin.

El llibre i la rosa seguramente es obra de un escritor o grupo de escritores en la sombra, eso que antes se llamaba negro literario. Es decir, Geronimo Stilton funciona como una franquicia en la que los verdaderos creadores son invisibles, y que sólo reconoce el trabajo del traductor, David Nel·lo, y la idea original (?) de la creadora del personaje, Elisabetta Dami, es decir, sólo y aparentemente de las firmas que puedan prestigiar al producto.

A mí, que estoy leyendo No logo por estas épocas, esas prácticas me están volviendo a dar bastante asco, porque son una muestra más de que toooooooooooodo el poder lo quieren las corporaciones, y sin piedad alguna.

Y sí, yo con estas cosas me doy manija.

***

Dejando de lado al libro como objeto de consumo, y centrándome en su calidad lecturable (lo siento, pero para mí lecturable es un significante vacío de esos), ¿qué me pasa con El llibre i la rosa?:

1) Lo he leído por el mismo motivo que leí Harry Potter (no me gustó nada) o Dragon Ball (bueh...): si les gusta a mis hijos, vamos a ver de qué se trata.

2 A) ¿Me gustó? Maso. El libro fue un éxito de ventas en Cataluña.

3) ¿De qué va la historia? Geronimo Stilton es un ratón periodista que viaja a Barcelona o Ratalona, "la ciudad más alegre del mundo" (¡?) con su familia, y tiene que dar un discurso en ocasión de la celebración de la Diada de Sant Jordi (la gente se regala libros y rosas en esa fecha). Sucede un romance y una aventura.

4) Entonces, qué, ¿vale la pena? Yo tengo el prejuicio de que no puede haber métodos malos para incentivar la lectura en niños y adultos si éstos, sencillamente, funcionan.

Si a un hijo mío le gustara leer los vomitivos rejuntados de palabras de los sobrecitos de azúcar, que los lea. Y si hay que conseguirle sobrecitos de azúcar, se le consiguen. Una vez que se descubre que a uno la lectura le gusta, el cielo es la frontera, y ya habrá tiempo para oscurecer el paladar si es que hace falta eso, claro. Que le pregunten a Guy Montag, si no.

¿Qué es lo que engancha de Geronimo Stilton? Ni idea, pero supongo que las pinceladas de fino humor que hay por aquí y por allá, funcionan. A mí, por ejemplo, el uso de roedor/a como sinónimo de persona y de chico/a, me gustaba, y era de esas cosas satisfactorias que esperaba con impaciencia a medida que pasaban las páginas.

Se me ocurre, también, que el sistemático resaltado de algunas palabras con caracteres de fantasía también funciona. Y aparte construye un vínculo de amor entre la palabra y el lector, la palabra se transforma casi casi en un objeto de deseo fetichista, y eso no puede ser malo.

En el caso de mi traducción catalana, algunas de las palabras resaltadas las leí por primera vez en sus páginas. Por ejemplo:
, que significa encaprichado pero también enamorado. Y, desde luego, no necesité acudir al diccionario para dejarme envolver por sus múltiples resonancias significantes. Una bonita forma de adquirir nuevo vocabulario, desde luego.

A mi hija, por lo pronto, no parece que la esté enganchando. El típico preciosismo en la elección de la palabra perfecta que voy viendo en los libritos para niños en catalán no se fructifican frente a mis hijos en sonrisas perfectas, porque la falta de inteligibilidad, a mi parecer, entorpece la constancia de la mirada. Es un tema de equilibrio, según lo veo yo.

2 B) ¿Volvería a leer otro libro de la saga? No veo por qué no, pero a condición de que los encuentre en otro idioma que no sea castellano.

sábado, 14 de octubre de 2017

Leyendo NO LOGO: EL PODER DE LES MARQUES, de Naomi Klein

No sé cuándo ni cómo,
lo compré por Internet.
Leer No logo es un trabajo largo, arduo, asfixiante, tumultuoso durante las cientos y cientos y cientos y cientos de páginas de prosa prístina como la visera del casco de un piloto de Fórmula 1. Yo estoy leyendo, que no estudiando, una traducción catalana que, quizás, compré en Todocolección. Lo estoy leyendo, no subrayo nada y apenas he puesto un pósit muerto de hambre señalando la sección donde escribe sobre marcas y educación, y esto por motivos profesionales.

¿De qué trata No logo? Básicamente, de cómo las marcas (no las industrias), modelan el mundo siguiendo unos principios implacables. No conspiratorios, pero implacables. De cómo la máxima aspiración de cada marca es, sencillamente, el viejo y bueno monopolio. Pero envuelto en papel de seda y recibido entre sonrisas de eterno agradecimiento eterno, que es lo que verdaderamente vale.

Lo había dejado medio abandonado, después de una manito entera de cientos de páginas, y hace unos días lo retomé. La excusa de estar preparando el Superior de valenciano, sirve. No para retomar la lectura del Tirant lo Blanc, que tengo abandonado pero con un señalador en la página 55.398.798 (sabe dios que no quiero añadir confusión, en este momento, a mi preparación de la prueba), pero sí para sumergirme otra vez en el ensayo de Naomi Klein.

Complicado es leer No logo. Estudiarlo, debe ser una locura. Preparar una reseña académica comme il faut, para elegidos. Escribirlo, bueno bueno...

Y su prosa es clara y ágil, eso tengo que recalcarlo (y recalcármelo). Jamás te da ganas de tirar el libro por la ventana. Está bien estructurado, y avanza a paso firme. Opina por aquí, por allá, pero no es un panfleto, se limita a dejar que la voz de quienes analiza los retrate. En ese sentido, me hace recordar El horror económico, que apelaba a la misma estrategia discursiva: no hay nada como dejar hablar a los hijos de puta para que muestren lo hijos de puta que son. A condición, claro está, que hablen relajados, como quien acaba de ocurrírsele un chiste, como quien cree que está hablando para la tropa propia o sus alcahuetes, esas cosas.

El horror económico tiene una prosa vibrante, maravillosa. Tiene una calidad literaria que te estremece. Nada de eso hay en No logo. Y andá a saber, quizás es a propósito, para ahorrarse los ataques más mezquinos de los chupaculos del plumín. Lo que está claro es que a Naomi Klein se le entiende cuando escribe y cuando habla. Además, y esto vale la pena, también hay documental basado No logo (el otro, el que se basa en su Doctrina del shock, que todavía no he leído).

Las marcas, que no las industrias, que son simples bitches en este juego, aspiran al monopolio no sólo de la venta de su producto, sino de mucho más. Las marcas aspiran a monopolizar el espacio, las opciones, el trabajo. Y ojo, porque una marca es Nike, pero también el nombre de cualquier supermercado. Es por eso que cuando una marca te deja "sin opciones" no significa solamente que pretenda que sólo se pueda comprar el producto que ellos hacen producir en China con su correspondiente etiquetado, sino también puede significar, y significa, que las grandes marcas distribuidoras (Naomi Klein se centra en Walmart) reducen las opciones a los consumidores hasta, discretamente, llegar a censurar los contenidos. Las revistas o los sellos discográficos, según cuenta Naomi Klein, a la hora de hacer correcciones y revisiones al material que lanzan, se ocupan específicamente sobre si habrá algo que pueda molestar a Walmart. Y lo quitan. Sencillamente. Y por supuesto que no es censura, es simpatía y modernidad.

Todavía no lo acabé. Me falta la mitad del libro, pero contando.

sábado, 7 de octubre de 2017

Juan Estarellas: PREPARACIÓN Y EVALUACIÓN DE OBJETIVOS PARA LA ENSEÑANZA

¿Dónde lo conseguí?
Cada tanto me gusta leer o releer este tipo de manuales, me sirven para refrescar conceptos básicos en Educación, para focalizar la reflexión en determinadas cosas importantes, para evitar el naufragio en esas tormentas semánticas perfectas a las que suele ser tan afecta la Administración, en cuya formación le cambian el nombre a todo para, desprofesionalizándonos en el interín, pillines, obligarnos a los docentes a volver a aprender a hablar, como si fuéramos niños de pecho, cada una siempre reducida cantidad de años.

Esas tormentas semánticas perfectas suelen ser tan perfectas, a veces, que incluso la misma Administración se confunde a sí misma cuando publica documentos en los que, supuestamente, intenta echar agua clara, clarísima, al asunto. El Document Pont de la anterior Conselleria pepera en el País Valenciano es un ejemplo enternecedor de ello.

¿Quién será Juan Estarellas? Ni idea. Parece que fue docente en la Florida Atlantic University, y escribió bastantes libros sobre lingüística y demás.

A mí me gusta leer este tipo de libritos porque suelo encontrarme cosas como ésta:
que, a mí, me refrescan la memoria. No es que sean la panacea, claro, no es que sienta que no ha pasado nada desde 1971, pero a veces el lenguaje llano te recuerda que el pan es pan, y el vino es vino.

El libro de Estarellas está estructurado en secciones apocopadas por un par de preguntas que, fieles al estilo conductista, te llevan a páginas en las que te refuerzan positivamente si has acertado, o te refuerzan negativamente si la has cagado. Y las delectadas broncas que te echa Estarellas van in crescendo...


hasta llegar a un cierto tipo de paroxismo.


O sea, es mejor tenerlo lejos al profe Estarellas cuando se dicen burradas.

Y no te pienses que cuando has acertado las cosas van mejor. No es que te tenga mucha confianza, precisamente...:

Y sí, podría perfectamente estar escribiendo artículos dominicales en El País el profesor Estarellas, ¿verdad?

viernes, 29 de septiembre de 2017

Pepa Guardiola: EL TALISMÀ DEL TEMPS (y un poquito de COLLIDORS DE NEU)

Creo que me lo encontré
en una de esas mesas
que dejan en algunas
bibliotecas para
intercambiar libros.


Hace mucho tiempo compré Collidors de neu porque pensé que lo había escrito una profesora de la facultad de magisterio de la Universitat de València, Pepa Guardiola. Me había dado clases un tiempo antes, y no sé cómo ni a través de quién descubrí que se trataba de personas diferentes. Creo, si mal no recuerdo, que una compañera de cursada me avisó antes de que me apareciera todo ufano con mi librito para que la profe me lo firmara. Pero no me hagan mucho caso.

Ambas Pepas Guardiolas han sido maestras de primaria, ambas han escrito libros (de ficción una, didácticos la otra). No comparten segundo apellido.

Cuando hace menos tiempo me volví a encontrar con una novela juvenil de Pepa Guardiola, dudé de mi certeza, y volví a ponérmelo bajo el brazo.

Y sí, El talismà del temps es una novela juvenil, es decir, algo que se puede meter rápido y bien entre pecho y espalda, mientras se está preparando un Superior de la JQCV. Para mí, que la ortografía sólo la digiero cuando la aprendo por ósmosis, ésta es una lectura estupenda.

¿Leí Collidors de neu? Creo que sí, y creo que no me gustó. Pero creo también que no la leí al enterarme de que no lo había escrito quien yo suponía que era. En fin. A juzgar por resumen y demás que se puede encontrar acá, seguramente no la leí nunca: me suena todo a chino. Pero andá a saber.

El talismà del temps tiene a una estudiante de arqueología como protagonista. Una chica joven, con dudas + anhelos, que debe luchar por encontrar su lugar en el mundo + contra el mundo. Y sí, es una novela juvenil, la identificación con el personaje es imprescindible.

La historia, en seguida, se bifurca. Hay saltos temporales entre el presente y el pasado (el presente de los cuerpos encontrados en la excavación), y estos saltos temporales se suceden, prácticamente, capítulo a capítulo: uno dedicado a la protagonista, otro a la época romana. Hasta aquí, es más o menos lo que se puede saber porque lo exponen en la contratapa.

Creo que sobre el final los acontecimientos se precipitan un poco demasiado, y me parece que en las últimas páginas el trabajo de pulido fue hecho bastante de prisa y corriendo. Pero, por lo demás, es una novela correcta.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Horacio Quiroga: CUENTOS DE AMOR DE LOCURA Y DE MUERTE (y un poco de LA VIDA CONTADA A UN NEN DEL VEÏNAT, de Vicent Andrés Estellés)

Lo habré comprado
en una casa de empeños.
Borges decía que Quiroga era una mentira uruguaya. Cortázar se deshacía en elogios. A mí, me gustan los tres.

Los Cuentos de amor de locura y de muerte (cuyo título todos sabemos que debe escribirse sin comas) es, posiblemente, el libro que más me ha gustado de entre los que escribió el autor uruguayo. Como prácticamente todo lo que leí de su obra, la primera vez que lo hice era, como mucho, un adolescente. Los Cuentos de la selva para niños me los habían hecho leer durante la primaria, y a partir de ahí el horizonte fue la frontera.

Cuentos de la selva para niños comparte destino con la extraña pero extrañamente entrañable antología estellesiana La vida contada a un nen del veïnat: sus atroces e implacables historias son cualquier cosa menos recomendas para impresionables almitas infantiles. Aunque, si nos ponemos profundos + transcendentes, son una loctura de lo más recomendable, por supuesto.

PD in media res) ¿Qué carajo habrá pasado con mi Cuentos de la selva para niños de Losada que conservaba desde que era niño, primorosamente encuadernado por mí mismo después de que, como corresponde, las tapas de Losada de esa edición se hicieran mierda? Juraba que lo tenía en mi biblioteca, pero lo que me encontré fue un aséptico ejemplar de Seix Barral de los de la firmita dorada, de los que suelo encontrarme en rastros y casas de empeño. Creo que creo que recuerdo que recuerdo que se lo regalé a alguien hace algún tiempo. Pero andá a saber.

Si no recuerdo mal, Losada se había puesto las pilas con el Cuentos de amor... que leí hace tantos años: buenas tapas, buena encuadernación, buen papel, paratexto gratificante. ¿Qué más pedir? Pero ahora andá a saber dónde fue a parar ese librito. Creo que era de un familiar y le fue devuelto, pero andá a saber.

Es en este libro en que Quiroga publicó "La gallina degollada". O sea, imaginate. También es acá donde aparecen "El almohadón de plumas", "A la deriva" o "La insolación". Hay historias menos memorables (el mismo Quiroga se sacó de encima varios cuentos en ediciones posteriores), pero el conjunto se sostiene por estos pilares, y es demoledor.

Quien quiera descubrir cómo se construye un cuento perfecto partiendo de una premisa absurda, casi ridícula, pero que lo absurdo y lo ridículo acabe sin importar tres carajos, que lea "El almohadón de plumas". Si hay algo inverosímil, si hay un cuento en el que el autor retuerce lo que puede y no puede hacer un grupo de personajes, es en "El almohadón de plumas". Es una historia imposible, mucho más imposible que todo lo fantástico, pero Quiroga te lleva de la mano y las preguntas uno se las hace después, bastante después. Y si se las hace durante, importan poco.

Hay que leerlo a Quiroga. Y seguir leyéndolo.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Frederic Sentandreu Gallego: MAD. DESTRUCCIÓ MÚTUA ASSEGURADA

Creo que lo encontré en
una casa de empeños.
Leí esta novela hace unos años, ya. Conocía al autor por haber cursado con él, junto a muchos otros docentes, un curso preparatorio de Conselleria para sacarme una especie de C2 de valenciano que me habilitaría para solicitar la certificación como Mestre de Valencià.

Yo, si encuentro el libro de una persona que conozco, lo compro. Y después lo leo.

La novela, literatura juvenil para la ESO o el Bachillerato, tiene como protagonistas a una madre y una hija, argentinas, que emigran a Valencia. Del padre, fallecido, hereda un "pobre valencià, ple d'espardenyades" (de barbarismos castellanos, básicamente) que "estava recuperant a marxes forçades".

Creo que ésta es la única novela del autor, aunque seguramente habrá publicado trabajos relacionados con la Gramática del valenciano. Yo, que soy un argentino afincado en Valencia, no podía dejar de leerla con muchísima curiosidad. Pero bueno, es una primera novela de un escritor, y en este caso eso se nota.

Creo que el libro tiene sus momentos. La historia que narra es la de una hija y la madre que no se llevan nada bien, y el recuerdo del padre pesa espantosamente en el ánimo de la chica, y eso está bien transmitido. Pero también creo que tiene bastantes problemas de estilo y de continuidad, además de algunas vacilaciones en relación a los personajes.

Que la protagonista sea una chica argentina parece deberse sólo a que las mayores probabilidades de que una inmigrante latinoamericana tuviera antepasados valencianos era con los argentinos, porque esa faceta formadora de su personalidad no está explotada, no le otorga casi peculariedad alguna más allá de su condición de emigrada. Esto, claramente, es una elección del autor, y no hay nada que objetarle.

Hasta tal punto llega la poca relevancia de los orígenes argentinos, porteños, de la protagonista, que sobre el final se produce una escena que es lo que verdaderamente se me quedó grabado de la novela: "començà a ploure a bots i barrals, com només plou a València". Yo, que soy un argentino emigrado en Valencia, puedo decir que cuando cae la famosa "gota freda" es uno de los momentos en que más genuinamente me olvido de que estoy a tantos kilómetros de casa. Porque la gota freda, en Buenos Aires, se llama Sudestada. Suele haber una al año, y caen soretes de punta durante dos semanas, a veces más.

Y aquí llegamos al asunto de la reproducción, de lo verosímil, de lo plausible, del realismo literario, el efecto de realidad, y demás cosas y etcéteras.

¿Por qué el autor destroza cualquier efecto de realidad, al menos, a los ojos de un lector argentino? ¿Importa eso? Quizás lo hizo porque no se documentó lo suficiente a la hora de escribir la novela, quizás lo hizo porque le dio igual, porque la escena así quedaba bien y así se quedó. Vaya uno a saber. Es como los tipos que salen volando en el cine cuando les disparan, todos sabemos que así no funciona, pero así queda bonito y nos gusta, o nos gustaba antes de que vinieran a contarnos que así no funciona.

Yo, si hubiera otra oportunidad, leería una nueva novela de Sentandreu. Creo que aún le falta mucho, o le faltaba cuando escribió MAD, pero que puede dar mucho más de sí.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Carolina Maria de Jesus: QUARTO DE DESPEJO. DIARIO DE UNA MUJER QUE TENÍA HAMBRE

Noté en cuanto lo compré
que había estado injertado
en un depósito durante décadas.
Viejo y nuevo, curiosísimo.
Las tapas comenzaron a desvanecerse
en cuanto lo tuve en mis manos,
algo así como lo que le pasa al prota
de La máquina del tiempo
en la versión cinematográfica de 1960.
Previsor, plastifiqué la tapa.







Si me preguntan qué conozco de literatura en portugués, lo más rápido que puedo responder es Quarto de despejo y Doña Flor y sus dos maridos. Después, pensando un poco, puedo acordarme de que Paulo Coelho escribe en portugués, de que hay un premio Nobel, José Saramago, que también escribía en portugués, y de que Rubem Fonseca, que me hicieron descubrir hace unos años, mientras estudiaba, también escribe en portugués. Supongo que soy una muestra perfecta del legendario nulo interés que tenemos los castellanoparlantes por la cultura en portugués más allá de lo musical y hecho en Brasil, para ser bien específicos.

Quarto de despejo es un diario de una mujer negra, habitante de una favela brasileña, que abarca desde el 15 de julio de 1955, hasta el 1 de enero de 1960. Cuida de sus hijos sola y como puede, buscando entre la basura. Lo leí, por primera vez, hará unos veinte años. Teníamos en Buenos Aires un ejemplar sin tapas, desvencijado, que devoré en unos pocos días. Vaya uno a saber por qué, no lo traje conmigo cuando viajé a España, pero me lo encontré hace unos años en una Paris-Valencia, a un precio irrisorio, y me lo compré. Ahora veo que los venden en librerías en línea a precios disparatados, mal rayo persiga sus sombras.

¿Por qué vale la pena leer Quarto de despejo? A juzgar por la traducción, está muy bien escrito. Es decir, es conmovedor, te sacude, pinta su aldea. La autora cuenta su vida, la de sus hijos y los vecinos, sus dudas, sus miserias y grandezas, y las verdades están donde tocan, pero también las mentiras. El efecto "aquí estoy yo, a veces lo hago bien, a veces lo hago mal, de algunas cosas estoy orgullosa y otras me avergüenzan, pero tengo bastante claro que estoy rodeada de hijos de puta" es demoledor.

El libro fue Best-Seller en Brasil en 1960, y dos años escasos después fue traducido en la Argentina, con mucho éxito. Al catalán, por ejemplo, fue traducido en 1963. O sea, imaginate...

La suerte de la autora fue cambiante, después de este suceso. Publicó varios libros más, dejó miles y miles de líneas inéditas, y nunca arribó a la tranquilidad económica. Parece que al público le interesaba más leer cómo sufría que cómo se le había acomodado la vida. Yo, desde luego, nunca más volví a cruzarme con traducciones al castellano de su obra, aunque dicen que hay.

Desde hace tiempo que quiero intentar leer la versión en portugués. Todavía no pude encontrarla a un precio razonable, y paso de leerla en PDF en la computadora. A ver si alguna vez que viaje a Portugal puedo encontrarla...

sábado, 2 de septiembre de 2017

Jurjo Torres: EL CURRICULUM OCULTO

Lo compré en una librería.
El curriculum oculto, de Jurjo Torres (catedrático de la Universidad de A Coruña), es un manual que explica, en algo más de 200 páginas, este concepto que viene dando vueltas en el mundo educativo desde hace algunas décadas.

¿Qué es el curriculum oculto? Pongamos algún ejemplo: cuando en un librito escolar las ilustraciones muestran a hombres trabajando o fumando en la sala mientras leen el diario, mientras que las mujeres son representadas cocinando, limpiando la casa o cuidando a los chicos, hay curriculum oculto. Y sí, antes se hacía más a lo bestia. Pero ahora también se hace.

Una de las claves de la efectividad del curriculum oculto es su naturaleza inexplicitada, muchas veces inconciente. Es decir, no hace falta que el autor del manual, el ilustrador o el editor hubieran tomado la decisión meditada e intencional de poner sólo a los tipos en situaciones de poder y actuación, son "cosas que pasan", y que al mismo tiempo refuerzan, reproducen las relaciones de dominación existentes.

El manual de Jurjo Torres se compone de una Introducción, nueve capítulos y la Bibliografía. Está dirigido, básicamente, a profesionales y estudiantes del ámbito educativo, pero su lenguaje es llano y comprensible, aunque no por ello abandona ni mucho menos el sustento bibliográfico de sus afirmaciones o la precisión de cada concepto. Como debe ser, en mi opinión.

En estos tiempos en que hay tantas figuras conspicuas en el mundo educativo para quienes la Educación puede entenderse con la lógica de la guerra, la de la venta y la publicidad o la de un genocidio pero en plan simpático, lindo, es bueno tener presente que en las instituciones educativas también se desarrolla la pugna por el poder, y que los marcos teóricos de los Bourdieu o de la filosofía crítica también pueden ponerse en funcionamiento cuando se entra a una clase.

sábado, 26 de agosto de 2017

תחליס (libro de rezos judío)

¿A que es mono?
Unos familiares han venido de Israel de visita. Se quedaron en Valencia unos días, y siguen viaje. Entre los muchos recuerdos que nos trajeron, me regalaron un libro minúsculo en hebreo (quizás en arameo, quizás en hebreo y arameo. En fin...). Es un libro de rezos, por lo que me han contado, y viene en un pequeño estuche plateado del cual cuelga un llaverito. Parece que es un amuleto, de los varios que suelen usar los judíos religiosos y que confían la protección a la palabra.

A mí me encanta. Creo que es el librito más pequeñito que he tenido nunca, y colgará del llavero del coche. Porque nunca se sabe...

PD) De este libro lo único que he leído han sido los números de las páginas.

sábado, 19 de agosto de 2017

Manel Marí: TAVERNÀRIES

Me lo regalaron :)
Tavernàries cierra una trilogía, mi periplo lector con este poeta en catalán nacido en Ibiza. Por ahora, claro está, porque a Manel Marí hay que seguir leyéndolo.

Este poemario, el último que publicó el autor de momento, recibió el Premi València Alfons el Magnànim de Poesia de 2016, y acaba de ser editado por Bromera.

Diez años pasaron ya, a ojo de buen cubero, desde El tàlem hasta Tavernàries. Hay un cambio de registro y muchas cosas que cambian, es claro. Si es cierto que hay tantas lecturas como lectores, no es menos cierto que los ojos pretenden demostrarle a uno que las cosas han cambiado de la forma que uno cree que deberían haber cambiado y forzando la máquina, cuando como en este caso.

O sea: yo quiero leer un poeta más en paz consigo mismo y menos seguro de sus enfados, un poeta menos confiado y desafiante, un poeta más sabio y más persuadido de que sólo sabe que no sabe nada. Eso es lo que presupongo que leeré después de diez años, y se me circulariza la mollera, el profeta que llevo dentro de las entrañas se desespera en afán masturbatorio (pugna por autocumplirse, digamos).

Después de dos párrafos de prudente Captatio benevolentiae creo que puedo volver, entonces y ya, a la pregunta inicial: ¿Qué cosas han cambiado? Por lo pronto, aparece un guiño a los lectores propios que resuena como un bombazo cuando el poeta nos dice:
que més enllà del ventre nominal de la mare
tenim poques certeses, tret de les voluntàries
—aquelles que ens convenen per pura sanitat,
com l'absència dels déus, que vés tu a saber si...,
com que no hi ha un infern, que pensa que si no...—,


(que más allá del vientre nominal de la madre/tenemos pocas certezas, fuera de las voluntarias/—aquellas que nos convienen por pura sanidad,/como la ausencia de los dioses, que andá a saber si...,/como que no hay un infierno, que pensá un poco si no...—,).

Y sí, las certezas se van un poco más al carajo, la duda se abre camino incluso entre la blasfemia, y el lector sabido de qué va el asunto no puede menos que agradecer la enorme humorada autoparódica.

Tavernàries trae como novedad, pues, unas cuantas cosas, al menos en relación a No pas jo y a El tàlem:
  • El tono es mucho más amable, quizás más relajado. 
  • El gusto por la metáfora asfixiante ha desaparecido, y ha dejado paso a una sonrisa punzante pero acogedora. 
  • Hay mucha rima, mucha canción y mucho (bendito) soneto en Tavernàries, y sólo falta que los cantautores se pongan las pilas y empiecen a musicalizarlos, que ya se están tardando. 
  • Hay mucha oda a las cosas que verdaderamente le gustan al poeta, y menos diatriba.
Siempre es una aventura leer el paso de los años en un escritor. 

sábado, 12 de agosto de 2017

Xavier Casp: "ANTOLOGIA. POEMES (1943-2000)" (y un poquito de SCHUMANN, EL PIANO Y YO)

Lo encontré en un rastro.
Encontré este libro en un rastro, hace unos días, y me costó una segunda visita decidirme a llevármelo. De Xavier Casp leí, hace unos año, un libro que ya no conservo: Schumann, el piano i yo.

Un euro me costó este libro. Es una antología que abarca prácticamente toda la obra publicada en catalán por Casp, con excepción de Poema dramàticament esperançat, de 1956, que mirando por encima la introducción no parece que esté explicado el por qué de tal omisión, aunque seguramente es porque el autor haya renegado del mismo.

Ahora mismo estoy enfrascado en la preparación de la prueba del Superior de valenciano de la JQCV, y no seré yo quien se ponga a leer textos que saboteen la única forma que se me da bien para aprender y reforzar la ortografía, que es por ósmosis.

Pero en algún momento lo leeré, no sé si de un tirón o de a poco, pero lo leeré. Y a ver qué tal.





sábado, 5 de agosto de 2017

Pep Bataller: EQUIPATGE DE SET

Creo que lo compré
en la París-Valencia de Serranos,
pero andá a saber.
Equipatge de set ganó en 1987 el Premi "Ciutat de València" en la modalidad de poesía, año en el que fue publicado por Víctor Orenga, editor y el Ayuntamiento de la ciudad.

El autor, Pep Bataller, publicó varios libros, ya, tanto en valenciano como en castellano, y además recibió otros premios.

Bataller es un tipo que nació en los '50. O sea, quizás no tuvo que tragar la peor mierda de la dictadura (eso que algunos gustan llamar "posguerra"), pero desde luego su infancia se habrá desarrollado en un contexto, como mínimo, de extraordinaria placidez, que dicen los fachas.

Yo, a partir de mis lecturas, sobre todo, de Vicent Andrés Estellés y de Ángela Figuera, identifico a la poesía de posguerra con la tristeza en el cuerpo. No es una tristeza inmovilizadora, me queda claro, pero sí contundente. Una tristeza con dos cojones.

Los poemas se divide en dos secciones: Memòria de la pell (Memoria de la piel, que a su vez está dividida en Primera memòria y Segona memòria), y Equipatge de set.

La portada te da una pista clave para que no te sorprenda el poemario: yo tendría que haber juzgado el libro por su cubierta. Si me quería evitar sorpresas, quiero decir. Porque llegar a la última sección del poemario, el Equipatge de set, y que la tristeza de los primeros poemas:

Peró no eren bons temps,
i tu buscaves l'oblit de tota cosa
precedida,
i començar de nou,
com si fos fàcil esmerilar la pell
i ser asèptics als amors en què ens hem complagut,
i esborrar-los del mapa.
(Pero no eran buenos tiempos,/y tú buscabas el olvido de toda cosa/precedida,/y comenzar de nuevo,/como si fuese fácil esmerilar la piel/y ser acépticos a los amores en que nos hemos complacido/y borrarlos del mapa), no se haya macerado sino incorporado a una felicidad asumida:
visc amb la cara oberta
i aguante,
bastant bé, l'envestida dels dies.
(vivo con la cara abierta/y aguanto,/bastante bien, la embestida de los días.), como nos cuenta en el poema final, L'home sense corfa (El hombre sin ¿caparazón?), la verdad, que me tomó de sorpresa. Desde luego, no es la actitud esperable en un blandengue de mi generación, todo hay que decirlo.

Si le tengo que poner una pega al valor y alcance probatorios de la portada, es que presenta a un poeta caminando solo hacia el horizonte amaneciente: de solo nada, el poeta no se pretende ni se busca ni está solo. Aunque sí, camina hacia el amanecer.

Este poemario se lo puede encontrar, por ahora, hasta debajo de las piedras. Si te querés hacer con un ejemplar, por suerte, no hace falta pagar los  aproximadamente 500 euros por ejemplar como piden un par de flipados de Amazon. Por bastante menos se lo encuentra en otras librerías de viejo en línea. Y yo creo que no sobra en la biblioteca propia.

lunes, 31 de julio de 2017

Manel Marí: NO PAS JO y EL TÀLEM

Mi... tessssssoroooo...

UNO Manel Marí es un poeta y guionista ibicenco que vive en Valencia desde hace unos años, ya. De su obra leí primero No pas jo y, al poco tiempo, El tàlem. Ambos poemarios ganaron sendos premios de poesía en Mallorca, y fueron editados por Moll. El primero cuenta con un interesante prólogo de Pere Rosselló Bover.

Tengo en casa Tavernàries, que todavía no empecé a leer porque estoy esperando para ello a dejar de rumiar estos dos poemarios. A ver si con esto que estoy escribiendo exorcizo un poco las meditaciones.

Vale la pena escucharlo recitar a Manel Marí. Recita tan bien que, a veces, te olvidás de preocuparte de entender de qué está hablando mientras recita. Es un problema, y seguramente es el típico elogio bienintencionado que un poeta odia que le dediquen, pero es lo que hay. Pero en fin, de todos modos yo suelo ser de esa clase de personas que necesita que le repitan las cosas.

DOS A No pas jo le puse varios pósits y subrayé algunas cosas (subrayados de por dónde van los tiros, generalmente). En El tàlem puse menos pòsits, pero subrayé bastante más.

Hay una preocupación que atraviesa estos dos poemarios que me llevó a preguntarme por qué sentía que ambos eran como dos partes de un mismo libro. El tratamiento no es el mismo, lo explícito de las referencias, tampoco.

Mis lecturas filosóficas son escasas y nada sistemáticas. Creo que detecto bastante bien a Nietzsche, pero la realidad es que leo a Nietzsche hasta en la sopa (como mínimo en la de letras). Hay mucho Nietzsche en No pas jo, en el primer verso se pelea ya con Platón (Sortir de la caverna a espentes, o sea, Salir de la caverna a empujones), y de ahí para adelante.

Pere Rosselló señala la importancia que tiene la luz en los poemas de Manel Marí. Efectivamente, la luz es un símbolo de la sumisión aborrecida, de la mentira. Hasta tal punto lo es, que el poeta se niega a despertarse si les finestres no improvisen un encant, un encert, la gresca de romper-li la cara al dia (si las ventanas no improvisan un encanto, un acierto, la gresca de romperle la cara al día). ¿Verdad que hay mucha ambivalencia en esta frase? Hay alegría feroz, como la que sentía Zaratustra mientras le pegaba a ahora mismo no me acuerdo a quién, mientras reía. Hay optimismo, también, o mejor dicho una exigencia de optimismo, pero también una desesperanza, porque si hay algo que le queda claro a uno leyendo a Marí es su nula confianza en los vecinos, y que son justamente los que deberían abrir a lo bestia esas ventanas.

Si en No pas jo la luz adopta múltiples formas del sometimiento y la desesperanza, en El tàlem parece haberse reconcentrado en la imagen de las farolas nocturnas:


Repenjats als fanals, espectres bròfecs
exhibeixen les brànquies, els seus cossos de cera
des d'austeres tribunes de dogma pendular.



(Apoyados en a las farolas, espectros ásperos/exhiben las branquias, sus cuerpos de cera/, desde austeras tribunas de dogma pendular.);

[...] i un reflex emfesèmic que entreté les ullades
al simulacre d'astres d'un fanal.
([...] y un reflejo enfisémico que ¿retiene? las ¿miradas? al simulacro de astros de una farola.);


El teixit dels fanals, la metàstasi urbana...
estaques d'inclemència fan un tancó al carrer [...] 
(El tejido de las farolas, la metástasis urbana.../estacas de inclemencia taponan la calle [...]);


Al rovell dels fanals de l'enllumenat públic
cal que albirem el punt d'opacitat
que té el carrer de nit.
(En la herrumbre de las farolas del alumbrado público/hay que columbrar el punto de opacidad/que tiene la calle de noche.) y, finalmente,


Malgrat tots els costums i un hàbit quasi afable,
no em penso que els fanals reflectits als tolls d'oli
em desterrin dels ulls de la memòria
aquella lentitud dels fars fressant a l'aigua
mil llengües de mercuri.


(A pesar de todas las costumbres y un hábito casi afable,/no pienso que las farolas reflejadas en los charcos de aceite/me destierren de los ojos de la memoria/aquella lentitud de los faros ¿marcando? en el agua/mil lenguas de mercurio.).

La luz, pues, ha perdido la potencia enceguecedora del astro rey, pero se ha reconcentrado en omnipresentes asquerosidades depredadoras. Y es que, presumiblemente rodeada de humedad y de bichos, la luz, simulacre d'astres (simulacro de astros), avanza sobre la oscuridad nocturna. Como quien no quiere dejar ningún resquicio al escape.

TRES Hay un tono profético, una especie de plural mayestático en tanto grupal que aparece y reaparece en No pas jo y que, en El tàlem, ha dejado paso a una voz más individual y en red, ligada a actores que se intuyen más de carne y hueso, menos ideales.

Profético es cuando el interlocutor es un
Vosaltres, vestals al servatge
d'aquesta puresa sublim [...]
(Vosotros, vestales al servicio de esta pureza sublime [...]); grupal, además de profético, cuando señala que
Podríem rescatar la ira:
potser qui plega els braços desa
l'eix del coltell a les aixelles.
(Podríamos rescatar la ira:/quizás quien pliega los brazos guarda/el eje del cuchillo en las axilas.), o cuando afirma que
Tot ho suportarem descalços,
les pedres virginals que nafren,
els vidres esberlats, suant
en deixar caure les clepsidres...

(Todo lo soportaremos descalzos,/las piedras virginales que hieren,/los vidrios partidos, sudando/al dejar caer las clepsidras...).

En El tàlem el tono profético se mantiene, pero la individualidad y el interlocutor pareciera que se reconcentran, más entrelazados:
Si haguessis vist la tarda despullant les acàcies
a la plaça del parc de qualsevol tardor
potser ja ho comprendries,
que t'he anat estimant només a mitges.

(Si hubieses visto la tarde desnudando las acacias/en la plaza del parque de cualquier otoño/quizás ya lo comprenderías,/que te he ido queriendo solamente a medias.);
No donaré al teu pit
l'exili maternal de la besada dolça,
del mossec infantil que sap que et necessita,
ni acolliré el servatge d'amagar-me les urpes,
d'amagar la insurgència per tanta tirania.


(No daré a tu pecho/el exilio maternal del beso dulce,/el mordisco infantil que sabe que te necesita,/ni acogeré la servidumbre de guardarme las garras,/de esconder la insurgencia por tanta tiranía.).

CUATRO El tàlem se estructura en tres secciones que se me antojan cuidadosas de su coherencia interna.


  • Si tengo que resumir las Cinc marines de la primera parte, elijo "Descriptivo" e "Impersonal". Efectivamente, los cinco poemas presentan un contexto desgarrado, firmemente descompuesto, y en el que no aparece el yo en ningún lado, ni reivindicándose ni interactuando con otros.


Demostración:
Sobre el ciment, el toll que abeura insectes,
la ressaca que amb prou feines si hi sura,
els plàstics afaitats per la intempèrie
i els hams abandonats,
buits, com pertoca.


(Sobre el cemento, el ¿charco? que abreva insectos,/la resaca que a duras penas flota/los plásticos afeitados por la intemperie/y los anzuelos abandonados,/vacíos, como corresponde.)


  • Los nueve poemas de Atributs del suburbi se me resumía en cada poema con un "Nosotros" que, hilando más fino, era un "yo" + "ustedes/vosotros" en tanto "los míos" o "los otros".


Marí construye un "yo + vos/tú (o los míos)" con
No som pas tan proscrits: som el que a penes
ens permet el carrer mentre desperta 
(No somos tan proscritos: somos lo que apenas/nos permite la calle mientras despierta), con
[...] un coratge infantil ens empaita a recórrer
galeries calcàries, nínxols oberts, [...] 
(un coraje infantil nos ¿empuja? a recorrer/galerías calcáreas, nichos abiertos).

El "yo + los otros", es decir, un yo enfrentado a los otros, algunas veces comunicándose con ellos, un "nosotros" entre comillas, lo construye a partir de
Dels temples en desús no em quedo pas el vostre
i ja no sou ningú per a retreure-m'ho,
heu perdut tota força amb les inércies [...]
(De los templos en desuso no me quedo con el vuestro/y ya no sois nadie para reprochármelo,/habéis perdido toda fuerza con las inercias), pero también a partir de sus consecuencias, de los contextos urbanos y sagrados que han dejado los otros.


  • El tàlem, de 20 poemas y una fragmento de Confessions of an English Opium Eater traducida al catalán y obviada en el índice, centra su mirada en una ciudad en pugna con un "Nosotros" que no siempre queda claro que sea un "tú y yo" o un "los míos y yo":

i nosaltres cercant-nos dins aquesta trinxera
de les finestres mudes, carrers desproveïts
i una immensa revolta vers el cau
que apaga els crits de fam del pit cru de la mare
i devora el nou ordi que ens durà al neu bateig,
que ens tornarà a dir els noms, pero aquest cop els nostres.



(y nosotros buscándonos dentro de esta trinchera
de las ventanas mudas, calles desprovistas
y una inmensa revuelta contra la ¿guarida?
que apaga los gritos de hambre del pecho crudo de la madre
y devora ¿la nueva cebada? que nos llevará al nuevo bautismo,
que nos volverá a decir los nombres, pero esta vez los nuestros.)

CINCO Lectura exigente, la de Manel Marí. Tuve que andarme con las antenas bien paradas con mi triste Mitjà a cuestas. Algo me dice que cuando lea Tavernàries el tono cambiará no poco, pero tendré que ver.

Poesía sofocante la de Marí, de alegoría impiadosa y que nunca parece que se le escape de la mano.