domingo, 26 de febrero de 2017

S. Deon, S. Pistolesi, N. Romanelli: IL VIAGGIO DE LAURENT

De biblioteca.
El año pasado me decidí, por fin y en buena hora aunque tardía, a ponerme a estudiar italiano. Regladamente, quiero decir.

Y hete aquí el primer librito que leo en la lengua de Salgari: Il viaggio di Laurent, una novelita para el nivel B1 del MCER.

Laurent, y deberé saber explicarlo en italiano dentro de algunas horas, es un muchacho francés, estudiante de arquitectura, que viaja a Italia (in Italia, IN Italia, que no se me olvide mañana [Dios mío, en ti confío]), en plan autodescubrimiento (tiene antepasados italianos, y maldita la gracia que tendrá que se me escape un avantpassati con olor a chufa en vez de antenati, que no sería la primera vez que me pase) para vivir aventuras y fracasar un par de veces (o más), en el amor. Y eso es curioso, porque normalmente estos libritos para estudiantes de lenguas suelen contar con un misterio y/o crimen resuelto y un amor correspondido que no fallan, son muy de vencer al villano y quedarse con la chica (o al revés, genéricamente hablando), además de un/os entusiasta/s e infaltable/s nativo/s que los leen (con voz plañidera, todo hay que decirlo), y que lo/s suben a YouTube y que yo se lo/s agradezco infinitamente, porque ayuda que no veas.

En fin. Mi pobre Laurent, que desde la tapa misma parece todo un Casanova (nadie dijo nada de que no se pueda juzgar a los protas por la cubierta), al final no se come una rosca. Ocasiones no le faltan. Pero eso sí: qué vistas, qué edificios, qué arte en cada rincón y a la vista de todo el mundo...

PD) En casa tengo libros de Gramsci que compré a un librero de viejo en Venecia. Tengo una traducción al italiano de El Principito. Por ahí tengo también, o tenía, la parte más divertida de la Divina Commedia, la del infierno (ya sé que en el Paraíso está Beatrice, pero no hay demonios que usen sus propios pedos como toques de trompeta: no hay color [ni olor]). Creo que leeré por enésima vez las aventuras del Principito, pero ahora en la lengua de Salgari. Ya lo contaré.

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