martes, 11 de julio de 2023

Omero: L'Odissea

Me lo compré en Amazon.

Bueno, acabo de leer La Odisea en italiano, traducción de Maria Grazia Ciani y B2 de italiano mediante. Todavía estoy escuchándola en español podcast de un cordobés mediante, y voy por la mitad. Y ya antes había comenzado a leerla, sin éxito, en una edición de I MiniMammut, la traducción por mí casi totalmente ininteligible de Ippolito Pindemonte, demasiado hueso duro para mi B2 de hace unos años.

Riassunto

Ulises, después de luchar en la guerra de Troya durante 10 años, demora otros 10 años en volver a casa, básicamente porque se enfada con él Poseidón. Cuando llega a casa, descubre que durante ese tiempo más de 100 pretendientes, i proci, han vivido la gran vida en su casa, de fiesta en fiesta, pretendiendo quedarse con su mujer y matar a su hijo. Un plan ferpecto, que les sale fatal. Literalmente, fatal. 
De todo esto uno se va enterando yendo y viniendo, porque la narración no es lineal, los narradores, que a veces son personajes, van cambiando y los mismos hechos se cuentan más de una vez. 

Ulises, ¿personaje risible? ¿Tragicómico?

Si es muy fácil decir pelotudeces, en general, qué decir de la posibilidad de decirlas diciendo cosas sobre una obra como La Odisea. 
Pero bueno, hay partes en las que uno se puede reír, leyendo las aventuras de Ulises. Por ejemplo, cuando llegan a los dominios de Circe. Hay uno de los hombres de Ulises, Euríloco, que dice lo más sensato de todo lo que dicen los personajes de la epopeya, esto es, que seguirlo a Ulises es una locura, que todos van a morir. Ulises está a punto de cortarle la cabeza, cegado por la ira. Cuando llega el momento de la muerte horrible de Euríloco, buscada también un poco por él mismo, pero siendo parte del destino funesto de cualquier tripulación de Ulises, éste no reflexiona ni duda ni medio segundo sobre el vaticinio cumplido. Yo me reí solo, leyendo la ira de Ulises, sabiendo que Euríloco tenía más razón que un santo, en el fondo.
Después está la escena del arco, en la que solo Ulises consigue encordarlo y no tiene mejor idea que hacer sonar la cuerda como si fuera la de una guitarra, y suena bonito, como el canto de una golondrina. Y me lo imagino sonriendo como un maniático.
Por último, cuando vienen los que quieren vengar la muerte de los pretendientes. Atenea debe gritarle para que no intente cargar él solo contra todos. O sea, que la misma Atenea acaba hasta las pelotas de Ulises, bien mirado. 
Tampoco me gustó la escena de la venganza de Telémaco contra las sirvientas infieles. Muy de loco de la motosierra, me pareció, y apostaría que los griegos de antes disfrutaban tanto con las sirvientas pataleando descalzas mientras las ahorcaban, con la puntualización de por poco tiempo, como los globalizados ahora con las orgías de sangre de los Jason y Freddy de ahora.

Intertextualidades o algo de eso

Ahora estoy leyendo algunas tragedias de Sófocles y me estoy encontrando que no soy el primero que ha mirado con sorna a Ulises. También lo había hecho Dante, y aunque leí hace tiempo la Divina Comedia, no lo recordaba en absoluto. En fin. Curiosos compañeros ilustres de sornas, pero ahora ya no quiero tener sorna, o quizás sí, no sé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario