domingo, 25 de febrero de 2018

VV. AA.: Italiano per stranieri. 202 esercizi A1-A2 con soluzioni e grammatica di riferimento

No me quedó más remedio que comprarlo en Amazon,
deles dios mal galardón:
me costó un huevo, por supuesto.
Ya me lo estoy acabando. Me queda una semanita o así de ejercicios. El examen de certificación de mi humilde A2 de italiano que me hará inflarme como un pavo real cuando lo tenga está a la vuelta de la esquina, y este par de libritos vienen muy bien para ese objetivo tan sencillo que puede tener cualquier estudiante de lenguas, es decir, disponer de un buen puñado de actividades sistemáticas y progresivas sin tener que calentarse mucho la cabeza buscándolas.

Mi Italiano per stranieri cuenta con numerosos ejercicios de meter la letra del masculino o femenino, muchos de poner artículos y esas cosas, muchos de conjugar en presente, passato prossimo, futuro semplice, passato imperfetto. Mucha lectura, mucha comprensión de texto, mucho ordenar frases. Poquito de vocabularios específicos del tipo la casa, los viajes, el cuerpo, ir de compras y esas cosas, así que ojo al piojo con eso.

¿Estoy contento con mi compra? Pues sí.

domingo, 18 de febrero de 2018

VV.AA: Cuerpo de Maestros. Educación Musical. Temario

Quizás lo compré directamente a la editorial Mad.
Quizás lo compré en Casa del Libro. O vaya uno a saber.
Lo que sí sé es que me costó un huevo.
A mi manera, quiero bastante a este libro, a este manual. No puedo decir "a mi muy especial manera", porque mi amor se nutre del viejo te amo, te odio, dame más que guía tantas de nuestras decisiones.

Este temario es de los pocos libros que tengo subrayados y anotados del principio al final, a lo largo de sus más de 700 páginas. A pesar de que nunca he sido consecuente con mi propósito de leerme un tema al día (desde) ahora y (hasta) en la hora de mi muerte (o de aprobar con plaza la oposición, lo que suceda antes), lo cierto es que ya lo leí más de una y más de dos veces.

Yo miro mi Temario, lo observo, le cuento las manchas de café, las páginas pegadas con cinta adhesiva y de prisa (ya que salía tan caro podría haber sido encuadernado con hilo, en vez de con pegamento y arreando...), las arrugas, roces y roturas, y me hace acordar al tremendo y trajinadísimo diccionario ¿Oxford? que un muchacho (que "conocí" viendo un documental) usaba para preparar sus participaciones en los concursos de deletreo a los que los anglófonos son tan aficionados. Y muchas veces es bueno leer y releer mi Temario, porque se me olvidan cosas que me las refresca, y vuelvo a reflexionar y a encajar piezas.

Es bastante evidente que mi Temario fue escrito muy, muy rápido. Muy de prisa, o sea. Eso se nota aquí y allá, en frases que no están todo lo bien que podrían estar, en repeticiones de cosas que no hace falta repetirlas, en algunos tópicos apelados como si de salvavidas se tratara, en citas bibliográficas a la que te criaste. Pero qué paliza inalcanzable parir semejante tocho. Ya sé que hay gente que si se le da por escribir setecientas páginas le sale un Ulysses, es claro, pero mis respetos.

Obviamente, a la LOMCE ni está, ni se la espera en mi Temario de 2010. Ni qué hablar del decreto de Currículo de la Comunitat Valenciana ni el resto del entramado legal pedagógico de la terreta. Es un contratiempo, pero me obliga a leer con las antenas paradas.

Ahora salieron versiones adaptadas a la nueva normativa. Es lo que hay.

sábado, 3 de febrero de 2018

Miquel Llor: LAURA A LA CIUTAT DELS SANTS

Me lo habré encontrado en algún rastro.
Leí Laura a la ciutat dels sants hace unos cuantos, cuantos años. El prólogo de mi edición popular me avisa de que Miquel Llor cometió, lustros después, el pecado de escribir El somriure dels sants, pero seguramente lo leí después de leer la novela, porque si no no la habría leído. Mi ejemplar de tapas blandas, de Edicions 62 y "La Caixa", está bastante más subrayado y anotado en las primeras páginas que en las últimas, como corresponde (y mirá que odio cruzarme con libros anotados al principio y desanotados al final, qué asco y qué vergüenza ajena que me dan). Las mías son las anotaciones de un extraño, en definitiva. Las de un tipo que, alguna vez, acusó al autor de no comprender a su personaje, allá por la página 69. A saber.

Hace unos días me compré por Internet un ejemplar de El somriure dels sants que todavía no me llega. Es una primera edición, aunque baratísima. Me imagino que odiaré al autor aún más que ahora, que sólo tengo referencias de segunda mano acerca de cómo traicionó ¿su alma? para salvar ¿el culo?

En fin.

Que me cuenten a mí que no hay verdad y mentira en la ficción, a ver si me lo creo.