sábado, 29 de julio de 2023

Beth Kemp: York Notes for AQA GCSE (9-1) Rapid Revision: Lord of the Flies

Desde hace un tiempo que me llaman mucho la atención todo el mercadillo de libritos para aprobar exámenes de literatura por y para hablantes de inglés. Al final me decidí a comprar este, de York Notes, dedicado a El señor de las moscas, que es para estudiantes de secundaria o como se llame en Inglaterra o como se llame. 

El librito, muy bien confeccionado, en mi opinión. Pero el currículum oculto que no falte, por supuesto. Si todo el mundo tiene clarísimo que 1984 es una alegoría del estalinismo y, qué tanto, del comunismo, ya, que tanto ponernos exquisitos, con respecto a El señor de las moscas cabe, por supuesto, leerla como una alegoría de toooooooooooooooooooooooooooooooodos los totalitarismos. En fin. Poco importa que sea una alegoría del fascismo como la copa de un pino —y, quien dice fascismo, dice capitalismo en su última expresión—, lo que los niños y las niñas deben saber es que la Biblia llora junto a un calefón, y que no hagan muchas preguntas. No sea cosa que hagan, por ejemplo, el paralelismo entre el populismo de extrema derecha actual y se den cuenta de que es un fenómeno netamente capitalista. 

La sociedad que William Golding describe es la nuestra en su peor momento. No es el experimento soviético. No hagamos olas y que viva en momento Waldo.

Enric Valor: L'AMBICIÓ D'ALEIX

L'ambició d'Aleix es una novela de Enric Valor publicada, censurada por el régimen, en 1960, y vuelta a publicar, con modificaciones, algunos años después, siendo esta última la versión que yo leí.

La historia está bastante bien resumida por el censor que, en su momento, se encargó de autorizar o no la publicación:

Un muchacho que convalece en una finca de la sierra de Aitana es atendido por la esposa del administrador de su madre, mujer guapísima y 40 años más joven que su marido, con quien se había casado presionada por sus padres para liberarse de la pobreza en que habían caído, y sin importarles su historia negra de patrón de barco y armador acusado de negocios sucios y hasta de un crimen.

—El muchacho y su enfermera simpatizan y acaban enamorándose, pero, de momento, no pasa de ser un amor platónico. Él, una vez repuesto, se vuelve a Valencia para reanudar sus estudios y solo se ven y comunican durante las vacaciones que aprovechan para hacer excursiones y hablar de literatura y música. Y, últimamente, del amor, que ha dejado de ser platónico, para terminar en adulterio.— Arreglado el final, págs. 148/150, no tenemos inconveniente en proponer su autorización.

La novela, a nivel estilístico, está muy bien escrita, en un valenciano envidiable, qué duda cabe. Yo la leí como si leyera Laura a la ciutat dels sants mezclada con El somriure dels sants y un poco con Carrer de pas. El narrador es poco fiable, pero también lo es el escritor que está detrás.

El protagonista, un señorito encaprichado por la Pauleta, una mujer algo mayor que él que lo ha cuidado durante una enfermedad. El tema es que Pauleta es una mujer casada. Y, nada menos, con un tipo que salvó a la familia de la ruina económica, haciéndose cargo, desinteresadamente, de gestionar sus bienes después de la repentina muerte del padre, no se sabe bien por qué. Hay alguna cosa que nos hace pensar que, quizás, mantiene algún tipo de relación sentimental con la madre del protagonista, pero eso nunca se puede saber. Quizás el autor lo dejó ahí por si lo desarrollaba, quizás son ideas mías.

Aleix es un señorito con gran opinión de sí mismo, y por eso es un narrador poco fiable. Porque, en el fondo, y eso es algo de lo que uno va dándose cuenta a medida que avanzan las páginas, es un patán. Sobre el final, es claro que uno tiene que preguntarse quién recórcholis se piensa que es, por ejemplo, cuando se permite compararse con Macià, el esposo de Pauleta, sintiéndose tan claramente superior. Un senyoret de merda, como leeríamos en Carrer de pas, si uno de sus personajes lo describiera. 

Y es que Aleix —que es un tipo agradable y de buen trato, eso está claro, porque consigue de todo el mundo lo que quiere es un bueno para nada con la vida solucionada, condescendiente con todos. Y las jugarretas que se manda —claras para todo el mundo, incluso para su víctima más directa, don Macià, un tipo que podría enfrentarlo de todas las maneras posibles, porque sabemos que es un hombre hecho y derecho, incluso peligroso, a tenor de lo poco que nos cuentan de su vida— no las enfrenta nadie. Los abusos de un señorito son como una fuerza de la naturaleza, toca sufrir. 

L'ambició d'Aleix podría ser tan sórdido como Laura a la ciutat dels sants, pero lo que es claro es que, si el autor no hubiera tomado la decisión de pasarlo de la tercera a la primera persona, podría tener la misma hipocresía que El somriure dels sants. Toda la empatía que se construye hacia el protagonista, que no la merece, no sería más que engaño de la peor calaña si su historia fuera narrada de forma extradiegética, me parece a mí. Al dejar al protagonista que narra su propia historia el peso del engaño, Valor se libra bastante de la responsabilidad del engaño a sus lectores.

El final me resultó demasiado abrupto. Un mazazo que el narrador protagonista no digiere ni justifica como narrador, siendo claramente una intromisión del escritor. Porque Aleix nunca acabaría así su propia historia.

¿Es un placer leer la prosa de Enric Valor? Sí, por supuesto. Pero, como cosa novelística, L'ambició d'Aleix se ha quedado a medio camino.



martes, 25 de julio de 2023

Mercè Foradada: En el prestatge

Lo conseguí en un intercambio de libros.

En el prestatge
es una novela en la que la escritora narra la historia de una escritora que no puede escribir una novela. Un pecado como cualquier otro, que yo también he cometido. 

No está mal escrita, en todo caso. Busca una manera de hacer ameno este asunto, y seguramente funciona.

viernes, 21 de julio de 2023

Pere Quart: VACANCES PAGADES y BESTIARI

 Acabo de leer dos libritos minúsculos de Pere Quart, primero Vacances pagades y después Bestiari. El primero lo conseguí después del segundo, y lo leí primero.

En ambos poemarios veo el tono juguetón, sarcástico por momentos, anticlerical y, a veces, descreído. Esto último me sale del alma identificarlo con un posmo perdonavidas, no puedo evitarlo, aunque sé que el mundo allá fuera es más amplio que mis odios, prejuicios y asquitos.

Me encanta el "cara al cel" que dice aquí y allá en Vacances pagades, Pere Quart. Es una burla evidente al Cara al sol de los fachas de mierda, y al mismo tiempo es dulce y delicado. Pero había que tenerlos de acero templado para burlarse de los fachas de mierda en esa época, aunque fuera de forma dulce y delicada.

Bestiari es eso, un librito en el que hay una serie de poemas dedicado a distintos animales y, como no puede ser de otra manera, la fábula lo revolotea todo. 

miércoles, 12 de julio de 2023

Carles Alós Moya: BACS DE VIDRE


Bacs de vidre
 (Carles Moya, 2012) seguramente se puede traducir al castellano como "caídas/golpes de vidrio", salvo que sea una expresión, que no me lo parece. Durante mucho tiempo pensé, con mi pobrecito C1 de valenciano a cuestas, que la palabra bac era gusano, en castellano. ¿Por qué estaba tan convencido? Seguramente por mi lectura de Seta, la novela de Alessandro Baricco, en la que en cada página nos enteramos de que Hervé Joncour compra y vende bachi di seta, gusanos de seda. Pero no, bac, como esvarar, que me la enseñó o fijó para toda la vida una alumna de 4t hace algunos años, tiene que ver con golpes y caídas, como bien saben los deu conillets.

La cuestión es que el título, Bacs de vidre, me encanta, sean gusanos —de los de seda, que son cuquis, por lo menos o caídas. 

El poemario comienza urgente y hormonal, y dura así muchas páginas. En medio de los primeros poemas, eso sí, un aviso, una muerte que estuvo cerca, rodeado de familia y evitándola, solo como puede. El poemario sigue, a saco, está claro que "No sóc si no ets tu" hasta que en las últimas páginas, agotado y habiendo perdido algo, el poeta toma distancia y se pone irónico, que funciona para eso. "Tot el que sóc ha mort", en medio de la distancia. Después recupera el brío. Y después, aún, se acaba el poemario bajo la caída del granizo.

Es un libro inhallable, hoy por hoy. Una pena, porque necesita más lectores.

Juana Dolores: BIJUTERIA

Me lo compré en Amazon.

No sé cómo llegué a esta entrevista a Sam Abrams, creo que enlazada en un grupo de Facebook, y me llamó la atención que el crítico se definiera, de segunda mano, como un viejo de mierda por una no bien ponderada Juana Romero, que no conocía. ¿Qué significa ponderar bien? Puede ser irónico o no. La última vez que un personaje público en España habló de ponderar a alguien, si no recuerdo mal, fue el jerarca fascista Manuel Fraga, sosteniendo que había que colgar a los independentistas. Y todo fueron risas, por supuesto, porque a los fachas en España siempre se les ha dejado ejercer impunemente la violencia en dictadura o democracia, entonces que sean impunes también por llamar a la violencia política ni cotiza. Si hubiera igualdad ante la ley, el PP debería ser ilegalizado también por este llamamiento al terrorismo de Fraga. Pero bueno. Democracia plena.

Entonces rebusqué un poco, y descubrí que es la escritora de esta entrevista. En la Argentina la realización y el entrevistador hubieran hecho todo lo posible para destrozarla, ridiculizarla. Me maravilló la compostura del entrevistador. No mucho las risitas, pero bueno, fueron su única muestra de nerviosismo, sin contar cuando se puso hablar de la barriga propia. Estuve bastante de acuerdo, también, con todo lo que decía la poeta durante la entrevista. Y qué valiente, exponiéndose así en la picadora de carne. 

Me sorprende que le hayan dado un premio a un texto así escrito, con la vista puesta tan lejos de las letras catalanas y con tan pocas palabras de las que ir a buscar en el diccionario para los que tenemos un C1 de valenciano. Una buena noticia, independientemente de otras consideraciones. 

Leyendo

Leí Bijuteria como he leído hace tanto y hace tan poco a Alejandra Pizarnik. La misma urgencia me encontraba, el mismo retorcimiento de las frases. Una exposición de hechos, sentimientos, sensaciones, en forma de ametralladora, esto es lo que hay desde el principio, sin respiro, queriendo ya, sin saberlo o sabiendo lo que quiero. Las obsesiones son diferentes, también los leitmotivs e intertextualidades, pero hay un desgarramiento compartido en una y otra. 
Me lo compré en Amazon, y me llegó de un día para el otro. Este verano, si me da un respiro la obsesión por la literatura griega y por Cormac Mccarthy, que ya veremos, tengo ganas de acabar de leer el Tirant lo Blanc, que lo dejé a medias hace muchos años, que ya es hora.

martes, 11 de julio de 2023

Leyendo otra vez No country for old men

Iberlibro y Todocolección, respectivamente.

Acabo de volver a leer No country for old men, ahora simultaneándolo con una versión en castellano, porque me hacía falta, la verdad, después de aprobar raspando el primero de C1 de inglés este año.

Me resulta de lo más gratificante este tipo de lecturas a dos lenguas. Tengo conmigo, también, The Road, que leeré junto a una traducción al catalán que me salió casi regalada en TodoColección.

A vueltas con la culpa

Es difícil no empatizar y simpatizar con Ed Tom Bell, el sheriff. Y eso es precisamente el motivo por el cual cuesta tanto aceptar que no lo hace nada bien. Si su trabajo es proteger y servir, o como se diga en Texas, su nula predisposición por entablar una real colaboración profesional con otros policías es clave para comprender por qué deja que se le escape Moss de las manos el tiempo suficiente para que acaben liquidándolo. Porque el agente de la DEA está desesperado por colaborar con él, que funcione una sinergia en la que la DEA pone la formación y los recursos, y el sheriff el conocimiento del terreno y las personas. Pero eso nunca sucede, porque Ed Tom Bell agota su buena predisposición en saludarlo, y después lo evita sistemáticamente.

El sheriff es un personaje atormentado por la culpa, nos enteramos sobre el final de la novela. Siente que ha vivido una vida prestada después de escapar, deshonrosamente según él, de una muerte segura en un enfrentamiento durante la guerra, en Europa. Para más inri, siente que esa vida prestada es una mentira, porque lo condecoraron por ello.

Y lo curioso del caso es que Bell, aunque siente el peso de la derrota en lo que respecta a proteger a Moss y Carla Jean, su esposa, nunca es consciente de que él es responsable en parte de ello, por su mal trabajo policial. Es más o menos lo mismo que pasa con el guarda de la frontera, que decide seguir su instinto y dejarse de protocolos, y deja cruzar a Moss cuando, simplemente siguiendo un procedimiento, al atraparlo podría haberlo salvado.

Omero: L'Odissea

Me lo compré en Amazon.

Bueno, acabo de leer La Odisea en italiano, traducción de Maria Grazia Ciani y B2 de italiano mediante. Todavía estoy escuchándola en español podcast de un cordobés mediante, y voy por la mitad. Y ya antes había comenzado a leerla, sin éxito, en una edición de I MiniMammut, la traducción por mí casi totalmente ininteligible de Ippolito Pindemonte, demasiado hueso duro para mi B2 de hace unos años.

Riassunto

Ulises, después de luchar en la guerra de Troya durante 10 años, demora otros 10 años en volver a casa, básicamente porque se enfada con él Poseidón. Cuando llega a casa, descubre que durante ese tiempo más de 100 pretendientes, i proci, han vivido la gran vida en su casa, de fiesta en fiesta, pretendiendo quedarse con su mujer y matar a su hijo. Un plan ferpecto, que les sale fatal. Literalmente, fatal. 
De todo esto uno se va enterando yendo y viniendo, porque la narración no es lineal, los narradores, que a veces son personajes, van cambiando y los mismos hechos se cuentan más de una vez. 

Ulises, ¿personaje risible? ¿Tragicómico?

Si es muy fácil decir pelotudeces, en general, qué decir de la posibilidad de decirlas diciendo cosas sobre una obra como La Odisea. 
Pero bueno, hay partes en las que uno se puede reír, leyendo las aventuras de Ulises. Por ejemplo, cuando llegan a los dominios de Circe. Hay uno de los hombres de Ulises, Euríloco, que dice lo más sensato de todo lo que dicen los personajes de la epopeya, esto es, que seguirlo a Ulises es una locura, que todos van a morir. Ulises está a punto de cortarle la cabeza, cegado por la ira. Cuando llega el momento de la muerte horrible de Euríloco, buscada también un poco por él mismo, pero siendo parte del destino funesto de cualquier tripulación de Ulises, éste no reflexiona ni duda ni medio segundo sobre el vaticinio cumplido. Yo me reí solo, leyendo la ira de Ulises, sabiendo que Euríloco tenía más razón que un santo, en el fondo.
Después está la escena del arco, en la que solo Ulises consigue encordarlo y no tiene mejor idea que hacer sonar la cuerda como si fuera la de una guitarra, y suena bonito, como el canto de una golondrina. Y me lo imagino sonriendo como un maniático.
Por último, cuando vienen los que quieren vengar la muerte de los pretendientes. Atenea debe gritarle para que no intente cargar él solo contra todos. O sea, que la misma Atenea acaba hasta las pelotas de Ulises, bien mirado. 
Tampoco me gustó la escena de la venganza de Telémaco contra las sirvientas infieles. Muy de loco de la motosierra, me pareció, y apostaría que los griegos de antes disfrutaban tanto con las sirvientas pataleando descalzas mientras las ahorcaban, con la puntualización de por poco tiempo, como los globalizados ahora con las orgías de sangre de los Jason y Freddy de ahora.

Intertextualidades o algo de eso

Ahora estoy leyendo algunas tragedias de Sófocles y me estoy encontrando que no soy el primero que ha mirado con sorna a Ulises. También lo había hecho Dante, y aunque leí hace tiempo la Divina Comedia, no lo recordaba en absoluto. En fin. Curiosos compañeros ilustres de sornas, pero ahora ya no quiero tener sorna, o quizás sí, no sé.

Berta Jardí: CARNAVAL

Creo que me lo encontré en la París Valencia.

Carnaval
es un libro de cuentos cortito, pero me costó bastante acabarlo. Para gustos colores, y no me gustó el uso de adjetivos y la clase de humor de la mayoría de los cuentos.