Mostrando entradas con la etiqueta catalanes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta catalanes. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de agosto de 2023

Salvador Espriu: LA PELL DE BRAU

Me lo compré en Amazon.

La pell de brau
es un clásico de la poesía en catalán del siglo XX. Es cortito e intenso, y con un modesto C1 de la JQCV entre pecho y espalda hay que leerlo con un diccionario cerca. Lo bueno es que hay muchas palabras que repite varias veces, y eso ayuda a asentar vocabulario.

Un crescendo bastante testosterónico el de las obsesiones desplegadas en el poemario.


martes, 25 de julio de 2023

Mercè Foradada: En el prestatge

Lo conseguí en un intercambio de libros.

En el prestatge
es una novela en la que la escritora narra la historia de una escritora que no puede escribir una novela. Un pecado como cualquier otro, que yo también he cometido. 

No está mal escrita, en todo caso. Busca una manera de hacer ameno este asunto, y seguramente funciona.

viernes, 21 de julio de 2023

Pere Quart: VACANCES PAGADES y BESTIARI

 Acabo de leer dos libritos minúsculos de Pere Quart, primero Vacances pagades y después Bestiari. El primero lo conseguí después del segundo, y lo leí primero.

En ambos poemarios veo el tono juguetón, sarcástico por momentos, anticlerical y, a veces, descreído. Esto último me sale del alma identificarlo con un posmo perdonavidas, no puedo evitarlo, aunque sé que el mundo allá fuera es más amplio que mis odios, prejuicios y asquitos.

Me encanta el "cara al cel" que dice aquí y allá en Vacances pagades, Pere Quart. Es una burla evidente al Cara al sol de los fachas de mierda, y al mismo tiempo es dulce y delicado. Pero había que tenerlos de acero templado para burlarse de los fachas de mierda en esa época, aunque fuera de forma dulce y delicada.

Bestiari es eso, un librito en el que hay una serie de poemas dedicado a distintos animales y, como no puede ser de otra manera, la fábula lo revolotea todo. 

sábado, 16 de mayo de 2020

Josep Pla: EL QUADERN GRIS

Juraría que me lo compré en eBay.
Hace algunos años leí, en traducción al castellano, El advenimiento de la República. Recuerdo que no me gustó, y que su ambivalencia moral ante el avance del fascismo me repugnó bastante. Después, intenté leer una novela de Pla, pero en cuanto vi que se trataba de la historia de una familia bien venida a menos se me cayó de las manos.

El quadern gris es un diario que ocupa buena parte de dos años, en plena epidemia de gripe española. Cuenta sus andanzas como estudiante, sus lecturas, sus paseos y sus conversaciones. Puede ser una lectura ardua, sobre todo cuando uno es consciente del enamoramiento que Pla tiene con los adjetivos. Adjetivar es juzgar, y eso lo define al Pla narrador de El quadern gris, y por eso lo convierte en un personaje tan pero tan desagradable. Es imposible empatizar con él, que tiene tan pocas virtudes pero que juzga tanto, y desde las primeras líneas pasa esto.

Este libro lo comencé a leer, con muchísimas expectativas, hace más de cinco años. Aguanté hasta la mitad de sus 700 páginas, y lo retomé hace poco. Y sí, es tal como lo recordaba, hay un montón de pasajes que son un placer de ser leídos con otros que dan ganas de tirarlo por la ventana. Reelaboración constante, se repite como mantra, pero el libro tiene más de un pasaje que debería ser reescrito por repeticiones de palabras, rimas entre éstas, etcétera. En fin.

Tenía hace unos años una versión en castellano que vaya a saber dónde ni cómo había encontrado, pero creo que acabé vendiéndola en eBay o algo así. Llegué a leer alguna página, pero lo dejé, porque lo que realmente me interesaba era leerlo en la lengua original. En fin. Ahora soy una persona más culta. La elección del título, un verdadero acierto.

  

domingo, 17 de noviembre de 2019

Pere calders: CRÒNIQUES DE LA VERITAT OCULTA

Creo que me lo encontré,
hace muchos años, en una casa
de empeños de Valencia.
Cròniques de la veritat oculta (1955, premio Víctor Català del año anterior), es un libro de cuentos y relatos que Pere Calders publicó durante su exilio mexicano. Un desopilante libro de cuentos, si me preguntan, de esos que, en leyéndolo, te hacen ridere da solo como uno scemo mientras viajás en metro.

¿Cuánto hacía que no leía un libro de cuentos? Creo que bastante. Agarré éste por un tema de economía, necesitaba seguir leyendo cosas en catalán para mi preparación del C2 de la JQCV, y quería poder empezar y acabar algo cada vez que me sentara a leerlo. Un libro de cuentos, además, me parecía más certero que un poemario, habida cuenta de que la que se me venía encima era la parte escrita, para la cual no me interesaba empaparme en fiorituras, sinónimos e hipérbatons (si a Machado le pareció bien, por mí estupendo).

O sea. Los cuentos funcionan. Los remates, a veces, se quedan en agua de borrajas, y eso es perdonable si uno hace un esfuerzo por convencerse a uno mismo que acaba de leer un relato en vez de un cuento, pero bueno, así están las cosas. Son cuentos relatos que ganan por puntos, no por KO. El dominio de la lengua es exquisito, y la comicidad es un regalo para la vista.

Ahora bien, dejando de lado todo eso del placer del texto, uno está leyendo un libro editado en 1955, es decir, un período durísimo de la posguerra de exterminio franquista. Y en los cuentos hay no pocas veces que el autor se ríe, y de una forma que te la voglio dire, de los conflictos sociales, casi casi como si fuera un realista posmoderno de esos. Complicado, ¿verdad? Y cómo puede reírse de estas cosas escribiendo cuando escribe y siendo de donde es, nos preguntamos a punto de sacar colmillos y dientes. Entonces nos fijamos, y resulta que el tipo peleó para el bando decente (el republicano) durante la Guerra Civil, y tuvo que exiliarse en México porque en España gobernaban los cerdos franquistas. Muy complicado. Muy complicado de leer y de pensar, este cóctel. Pero si el tipo se jugó las pelotas contra los franquistas de mierda, un respeto, sus razones habrá tenido para reírse de lo que se reía, que lo juzgue otro si le da el cuero. Yo no indago más.

viernes, 2 de agosto de 2019

Josep Ramon Aragó: TEMPS DE CIUTAT I ARBRES

Creo que me lo encontré hace un tiempo,
bastante barato,
en la París-Valencia.
Temps de ciutat i arbres es un poemario en catalán editado en 2008 por La Garúa llibres. El autor, un licenciado en Ciencias Ambientales nacido en 1947.

El libro, a pesar de lo que diga el índice, en mi opinión está articulado en dos secciones más o menos claras y antagónicas: el tiempo de los árboles, que va primero, y el de la ciudad, que va después. La primera sección, pues, está bastante monopolizada por árboles de toda condición, con sus respectivos nombres. Entre éstos, destaca el poema Vern (aliso, en castellano: el gusto es mío), el cual el autor dedica a su propia ignorancia (36):

A internet no puc trobar tot el que cerco,
i menys la web on pugui observar l'arbre
altra vegada, per garantir-ne el nom.

Y aquí comienza a dar una clave de una actitud vital candorosa, el poeta, y que no me desagrada. Pero tampoco le falta autoconciencia y sentido del ridículo, lo que me queda claro cuando leo El mite de la caverna, ampliat (45-46):

Algun grec clàssic graciós podria dir
que hem sortit de la caverna per anar a obrir la capsa de Pandora.
 
Però un altre filòsof també podria apuntar
que, a nous temps, calen noves paraules.
Qualsevol cosa menys allò de "no sé res", i fer-se el Sòcrates.
Y sí, a mí se me ponen a funcionar juntos estos dos poemas.

Si tengo que hablar de gustos, tengo que decir que toda la parte de los árboles se me hizo muy tediosa. Para hablar de árboles, nadie como don Bárbol, y cualquier otro me suena a poco. Pero es una cuestión de gustos, reitero.

La parte de la ciudad se me hizo más sustanciosa y cercana. Es lo que tiene ser un psicobolche posmoderno sobrevenido generación X, que si me tocan la fibra íntima, me gusta. Y me gustó especialmente el poema dedicado Als morts i mortes per brutals repressions (81):

Marcus Crassus va fer crucificar 6000 vençuts.
(De tantes creus, va néixer el cristianisme).
El general romà es va fer molt ric,
però en un descuit va ser capturat. Diuen
que li van fer empassar
or fós.
 
Punt de fusió de l'or: 1064 ºC.

"Qué linda que es la justicia poética, ¿verdad?" podríamos decir si no supiéramos, como sabemos, que cualquier animalada escrita en redes sociales y demás te puede volver como un búmerang después de cualquier tiempo, a joderte la vida así que pasen cinco años. Entonces no lo vamos a decir. Tampoco vamos a decir que, leyendo este poema, nos acordamos del programa ese, 1000 maneras de morir. La gente cuyo deceso nos cuentan en ese programa suelen ser de dos categorías: o bien pobres desgraciados que cometen estupideces sin nombre o tienen la peor de las malas suertes, o effin desgraciados que la palman justo cuanto más los odiamos. Con los primeros el espectador sólo puede sentir lástima o morbo, en cambio con los segundos verlos morir es glorioso (para otros, no para mí, por supuesto). Los primeros suelen ser mujeres que se depilan de prisa y sin medidas higiénicas, gente que toma licor ilegal y se envenena, cosas así, realmente no es divertido. Los segundos suelen ser jefes que están echando una bronca injusta y ofensiva a algún empleado y les da un paro cardíaco, monarcas que están firmando un ducado de Franco, esas cosas. Gente a la que no se puede respetar, básicamente. Porque no lo merecen. Más bien todo lo contrario.

Del poemario me quedé con algunas citas más, subrayadas. Cosas como: "mai he esperat tan fort/com quan era un infant" (85); "penso que la suma de molts grans de sorra/faran una platja" (84); "No hi ha un destí que xucla/des d'un futur. Vents, sí" (90) o los poemas dedicados a la búsqueda de empleo o clientes, que me parecieron, a su manera, encantadores.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Núria Armengol: FRACTURA

Lo compré en un rastro de València.
Fractura es un poemario de la escritora Núria Armengol, natural de la Ciutat dels Sants, Vic. Consta de dos secciones, fer nit blanca, el doble de grande que la siguiente y con poemas contados en números romanos, y l'altra plàstica, de poemas con título de los de toda la vida.

Son poemas escritos siempre en minúscula, con abundantes puntos seguidos en medio de frases, sobre todo al principio, que te dejan sin aliento.

Los caminos de la deconstrucción son inexcrutables.

Poemas que parecen escritos in media res, si me disculpan la sinestesia teórica. Y con final abierto. Herméticos y áridos, para carraspear jadeando. Demostración:

VI
o la ràbia desplegada. pul·lula
enmig de l'aire. cau a raig. sobre l'asfalt.
potser. sembla argent amb tanta aigua.
una nit metal·litzada. davall eixorca i
ja res brilla. una espasa. apagada.
estirada t'amenaça. però tu ja
no estàs mirant.

A mí me hacen recordar un poco a la poesía de Manel Marí, sobre todo en la búsqueda de metáforas impiadosas que lo rodean a uno de lo cotidiano como monstruo (dejemos de lado a Stephen King). La poeta transforma el entorno en insectos, por ejemplo, membranosos y con exoesqueleto, y nosotros estamos dentro de ellos. O en ataúdes de calidad insectal, o sea, nada amable, precisamente.

El poemario acaba revisitando la Pasión de Cristo. Quizás somos testigos de la condena del Universo, de un momento clave en el que todo se jodió, especialmente nuestra relación con Dios.

miércoles, 11 de julio de 2018

Jordi Julià: ELS DÉUS DE FANG

Me lo encontré en El Doctor Sax,
una librería de viejo
pegadita al consulado de Italia en Valencia
a la que vale la pena visitar,
tienen libros de toda condición y pelaje,
y en un montón de lenguas.


Els déus de fang fue ganador del Premi Poesia Vicent Andrés Estellés de Burjassot en su edición de 2006. El autor, Jordi Julià, un escritor prolífico es poco.

El poemario, tal como pone sobre aviso al final del libro su autor, recoge distintos poemas escritos a lo largo de varios años.

A mí, creo, el que más me gustó fue My favourite things, bastante humorístico y con una onda que se me antoja bastante clara a eso que los yanquis llaman pasivo-agresivo. En L'Helena hay como una revisita al están verdes de la zorra y las uvas que me dejó desconfiado.

O sea, hay bastante distanciamiento irónico en el autor, casi todo el tiempo. No se permite grandes expansiones sentimentales, y cuando lo hace lo pone en boca de personajes, no de él mismo.

A mí me parece, si me preguntan, que Cap de Bacus, el primer poema, funciona a la manera de un prólogo, que te avisa de por dónde van los tiros, qué cosas hay que fijarse para ir pillando el hilo conductor al poemario. Entonces yo veo una obsesión por la traslación propia o ajena que siempre parece ser metáfora de algo, y que a veces es de verdad, en el espacio, y otras en el tiempo, es decir, figurada. Veo que la quietud sirve para observar a los otros, para morirse o para las dos cosas al mismo tiempo. Veo una permanente caída en la desilusión después de la ilusión. Veo una llegada al bosque que igual es revisitar el bosque de estatuas en el que se pierde el visitante del primer poema, pero seguramente ya me estoy pasando de rosca cuatro pueblos. Y sí, veo cosas.

A mí buscar estos hilos que se desovillan durante todo un poemario me articulan la lectura. Me hacen creer en la Intuición sobre todas las cosas. Son clavos ardientes, por supuesto, como cualquier profecía autocumplida que se precie de tal. Porque implica abrir los ojos para unas cosas, y cerrarlos para otras, hasta que todo parece preciso y aceitado como un reloj suizo, aunque haya más mundo allá afuera. Pero me parece que está bastante claro que las segundas lecturas de los poemarios hay que acometerlas con una estrategia definida.

lunes, 19 de marzo de 2018

Miguel Llor: EL SOMRIURE DELS SANTS (The Smile of the Saints - Il sorriso dei santi)

Criando vientos...


Han pasado cuatro años, y Laura decide volver a casa, con el cerdo de su marido, quien apenas la ve entrar a su habitación le echa los suficientes polvos como para volver a salir de la habitación ya al día siguiente, con el cuerpo y el aliento (de él) tan agrios como al comienzo del reencuentro. A Laura no le ha parecido mal, lo cual es normal, porque el personaje está muerto y es el autor quien lo ha matado. Los muertos no sienten, por si hacía falta aclararlo.
...cosechando tempestades


La trama se deshilacha, ni el autor demuestra mucho interés en ella. Los conflictos no son tales, porque son irresolubles. Pasan los años como suspiritos fraseados, alguno que otro parrafeado. Se nos cuenta que el cerdo del marido seguirá igual como es hasta el día de su muerte, y de eso nos enteramos a la mitad de la novela. Pasa la Guerra Civil, esa rebelión de las masas.

Leí esta novela apesadumbradamente. Es muy cortita, y me costó mucho acabármela. Laura da vueltas y vueltas, y vuelve al mismo lugar. Si en la primera novela se recluye en un convento, en la definitiva la definitiva reclusión es en su propia casa, junto a un marido que, como todos los hombres que se interesan en ella, no la merecen ni están a la altura de sus zapatos pero que, curiosamente y al mismo tiempo, el autor nos lo revela como mejor que Laura, a su manera, porque, como los peronistas borgeanos, no es ni bueno ni malo, el pobre, sino incorregible.

Teresa y Laura, las cuñadas, siguen adelante como pueden. Se saben y sienten malas e indignas de compasión, y tienen la autoestima por los suelos. Su mayor pecado es no amar a un hombre. Mismamente como la viuda señora Oriol, que se lo revela a Laura en una de las postreras conversaciones que la protagonista tiene con ella.

La tristeza y humillación paralizan a los hombres, pero infunde fuerzas a las mujeres, en esta novela. Aun así, la historia de Laura no puede ser más funeraria, porque Laura está muerta, es un autómata que vive, a su manera, para los demás. El autor, ambivalente pero impiadoso, no puede evitar explicarnos la indigencia sentimental de Laura, su incapacidad para el amor cuando casi no quedan páginas para restregárnoslo por la cara. Se muere Magem, el viejo medio loco y casi amigo íntimo de Laura, y ésta se descubre a sí misma como si acabara de llover.

Cuentan por ahí que El somriure dels sants fue una intentona de Llor de congraciarse con quienes había ofendido en Laura a la ciutat dels sants. Puede ser. Me cuesta ubicarme en la época, y quién sabe. Transformar a Laura en algo homologable a la peor de todas quizás funcionaba para eso.

***

Versión en inglés


Four years have passed, and Laura decided to return to home to stay with her husband. He's a pig, and he fucks her again and again, the whole night of Laura's return, since the sun rises next morning. Laura, although her suffering and her husband's sour breath, didn't found it so bad, which is a normal thing, because the character is dead, the author have killed her. Deads feel nothing, if such dettail is necessary.

Kids get born and Laura follows the recommendations of her contemporary moral autorities, which means that she is so submissive and just accepts everything her husband does.


The plot just colapses, not even the author shows so much interest of it. Conflicts are not really such things, because they have no possible solution. Years passes like sight, and we know that the husband will not change until the day he dies, and you realize that in the middle of the novel. Civir War alwo passes, such Revolt of the Masses...


I read the novel with greaf and sorrow. It is so short, but that didn't help me to finish it. Laura goes around and around and she finished in the first place she starts. If in the first novel Laura cloded hersef in a convent, in the second novel Laura recluded herself in her home, besides her husband who is not worthy of her, but the Author shows as a better person in his own and especial way just because he is nor good nor bad person, poor thing...


Teresa and Laura, the sisters in law, they just go ahead and do the best they can. They all know that they are bad and unworthy of compassion, and their selfestim simply don't exist. Their worst sin is not loving a man. Same Ms Oriol, the widow, as she revealed Laura in one of their last conversations.


Sadness and humiliation stop the men, but are a source of strengh to the women. However, The story of Laura is anything but a funeral, because she is dead, she is just an automat who lives for others. The author, ambivalent but merciless, just can't stop rubbing in our face how incapable of loving Laura is, when the novel is barely ending. Magem, the old crazy friend of Laura dies, and she found herself feeling nothing.


They say that El somriure dels sants (The Smile of the Saints) was Miquel Llor trying to ingratiate to people who was so offended by Laura a la ciutat dels sants (Laura in the city of the saints). Maybe. Hard thing trying to put yourself in that time, so who knows. Transforming Laura in the worst of all was maybe his best shot.


Versión en italiano:


Sono passati quattro anni, e Laura decide di tornare a casa con suo marito, un porco che appena la vede decide di scoparla milla volte fino all'alba. Laura usce de la camera da letto molto addolorita a causa dall'ostile tratamento e con il ricordo del suo alito pesante. Laura, purtroppo, non ha presso male questa tortura, che è normale, perché il personaggio è morto. L'autora ha usciso Laura, e i morti non sentono niente, per scontato.


I figli nascono, e Laura rispetta scrupulosamente tutti i consigli delle autorità morali del tempo.


La trama crolla, ne anche l'autore ne mostra troppo interesse. I conflitti non sono tali, perché sono irresolvibili. Gli anni passano come un sospiro. Ci si raccontano che il porco, il marito non canvia niente fino quando muore, e ci raccontano c'ò nel bell mezzo del romanzo. Anche la Guerra Civille passa, quella Revelione delle Masse.


Ho fatto molta fatica a leggere questo romanzo, che purtroppo è abbastanza breve. Laura gira e gira e rittorna sempre allo stesso posto. Se nel primo romanzo Laura si ritira in un convento, nel romanzo definitivo il definitivo ritiramente sucede a casa sua, accanto suo marito il cui, come tutti gli altri uomini che incrociano i suoi passi, non è degno neanche di baciarli i piedi, pur essendo meglio di lei, secondo l'autore, perché nel suo molto particolare modo non è né buono né cattivo, quel poveretto...


Teresa e Laura, le due cognate, continuano le loro vitte come si può. Loro si sanno e si sentono cattive e non meritano nessuna pietà. La loro morale è a pezzi. Il loro peggior pecato è quello di non amare un uomo, lo stesso della vedova Oriol, che lo rivela Laura in une delle ultime chiacchierate con la protagonista.


La tristezza e l'umiliazione paralizzano agli uomini, però infondono forza le donne, in questo romanzo. Purtroppo, la storia di Laura non può essere più funeraria, perché Laura è morta, è un'automata che vive, a suo modo, per gli altri. L'autore, ambivalente però spietato, non può evitare di ci mostrare l'indigenza morale di Laura, la sua incapacità di amare quando non restano più di poche pàgine per finire il romanzo, e ci lo sbatte in faccia. Muore Magem, un vecchio pazzo e pratticamente amico intimo di Laura, el lei non prova niente per lui.


C'è chi dice que El somriure dels sants è stato un tentativo de Miquel Llor per ingraziarsi con quelli ofessi da Laura a la ciutat dels sants, il primo romanzo della serie. Può darsi. É dificile collocarsi nella prospettiva dell'epoca, quindi chi lo sa. Trasformare Laura in una sorta della piggiore di tutte forze ha funzionato in questo modo.    


***


Versión en catalán


Han passat quatre anys, i Laura decideix tornar a casa, amb el por del seu home, qui a penes la veu entrar a l'habitació la fot prou vegades perquè torni a eixir-ne, a l'altre dia, amb el cos i l'alè (de ell) tan agre com en començar el retrobament. Laura no l'ha trobat malament, la qual cosa és normal, perquè el personatge és mort, l'autor l'ha matada. Els morts no senten gens, per si calia aclarir-lo.


Naixen els fills, Laura segueix al peu de la lletra les recomanacions de les autoritats morals del seu temps.


La trama es desfila, ni tan sols l'autor hi mostra molt d'interés. Els conflictes no hi són, perquè són irresolubles. Els anys passen com a sospirs. Ens conten que el porc del marit seguirà igual a si mateix fins al dia de la mort, i d'això ens enterem al bell mig de la novel·la. Passa la Guerra Civil, eixa rebel·lió de les mases.


Vaig llegir aquesta novel·la apesaradament. És un llibre molt curtet, i vaig patir molt a acabar-me'l. Laura gira i gira, i sempre torna al mateix lloc. Si en la primera novel·la es reclou en un convent, en la definitiva la definitiva reclusió és a casa seua, al costat del marit qui, com tots els hòmens que s'interessen per ella, no l'arriba ni a la sola de les sabates però que, curiosament i al mateix temps, l'autor ens el revela com a millor que Laura, a la seua manera, perquè el pobre angelet no és ni bo ni roín, és incorreglible, simplement.


Teresa i Laura, les cunyades, perseveren com poden. Se saben i se senten roïnes i indignes de tota compassió, i tenen l'autoestima com un drap brut. El seu major pecat, no estimar un home. El mateix de la vídua Oriol, la qual ho revela a Laura en una de les seues darreres converses.


La tristesa i la humiliació paralitzen els hómens, però infonen forza les dones, en aquesta novel·la. Tot i així, la història de Laura no pot ser més funerària, perquè Laura és morta, és un autòmat que viu, a la seua manera, per als altres. L'autor, ambivalent però impietós, no pot estalviar-se d'explicar-nos la indigència sentimental de Laura, la seua incapacitat per a estimar quan ja pràcticament no queden pàgines per passar-nos-ho per la cara. Mor Magem, el vell tocat de l'ala i mig amic íntim de Laura, i ella com qui sent ploure.


Hi ha qui diu que El somriure dels sants va ser una temptativa de Llor de congraciar-se amb qui s'havien enfadat a causa de Laura a la ciutat dels sants. Potser. Em costa ubicar-me en l'època, i qui sap. Transformar Laura en una mena de la pitjor de totes tal vegada funcionava d'aquesta manera.


sábado, 3 de febrero de 2018

Miquel Llor: LAURA A LA CIUTAT DELS SANTS

Me lo habré encontrado en algún rastro.
Leí Laura a la ciutat dels sants hace unos cuantos, cuantos años. El prólogo de mi edición popular me avisa de que Miquel Llor cometió, lustros después, el pecado de escribir El somriure dels sants, pero seguramente lo leí después de leer la novela, porque si no no la habría leído. Mi ejemplar de tapas blandas, de Edicions 62 y "La Caixa", está bastante más subrayado y anotado en las primeras páginas que en las últimas, como corresponde (y mirá que odio cruzarme con libros anotados al principio y desanotados al final, qué asco y qué vergüenza ajena que me dan). Las mías son las anotaciones de un extraño, en definitiva. Las de un tipo que, alguna vez, acusó al autor de no comprender a su personaje, allá por la página 69. A saber.

Hace unos días me compré por Internet un ejemplar de El somriure dels sants que todavía no me llega. Es una primera edición, aunque baratísima. Me imagino que odiaré al autor aún más que ahora, que sólo tengo referencias de segunda mano acerca de cómo traicionó ¿su alma? para salvar ¿el culo?

En fin.

Que me cuenten a mí que no hay verdad y mentira en la ficción, a ver si me lo creo.


sábado, 27 de mayo de 2017

Leyendo una ANTOLOGIA POÈTICA de Joan Maragall

Yo leo esto, que lo escribió un tipo que se llamaba Joan Maragall y que era un poeta muy importante por lo que me he enterado, y se me declara por todo el cuerpo una semantosis que te la voglio dire:

Hace más de cien años que escribió esta postrera estrofa en medio de cantos de guerra y de elegía. No parece posible, aunque lo fue, hablar entre peligros sin acordarse de Walter Benjamin.

1895 pasó hace mucho. O no.
Me lo compré en una casa de empeños.
Cincuenta centavos me costó.
Todavía lo estoy leyendo.

sábado, 8 de abril de 2017

Bruna Generoso: ABSTRACCIONES I CERTESES

Me lo regalaron.
Mi lectura de la Divina Comedia seguramente será empática para muchos: el Infierno está buenísimo; el Purgatorio maso y/o olvidable; el Cielo no hay quién lo aguante, de aburrido.

***

Las Abstraccions se me llenaron de Post-its y de subrayados en resaltador azul y rosa, que son los que tenía a mano durante, mientras que las Certeses se me quedaron prácticamente vacías de reflexion o de goce.

Sí que detecté un diminuendo en las Certeses del viva la (nuestra) vida hacia una coda piano (piano si va lontano) de todo concluye al fin, que acaba siendo lo que siempre ha sido, esto es, una certeza tan implacable como que el amor es eterno mientras dura, que después del Aniversari llega el Cim (la Cima) y, no hace falta decirlo, que luego hay que bajar, un "caure del podi" ("caerse del podio") como el anteriormente dicho. Bajar a la vida real y a la muerte.

Y es que es cierto que "el temps se'n riu de nosaltres,/ens fem grans." ("el tiempo se ríe de nosotros,/nos hacemos grandes"), a pesar de "[no saber] res de les hores perdudes/ni de la incertesa dels dies" ("[no saber] nada de las horas perdidas/ni de la incerteza de los días")..

Las Certeses son un si me das a elegir, me quedo contigo contundente, contrastante impugnación a la mirada hacia adentro y hacia afuera junto a todo lo demás de las Abstraccions. La poeta centra su mirada, pues, en un nosotrosjuntossomosestamosaquíhaciendo para el que todo eso demás no tiene cabida.


***

En las Abstraccions hay sustancia. Más sustancia (en todo caso, quién lo hubiera dicho, la certeza en la abstracción, ¿el gigante con pies de barro?, la sustancia efímera...). A despecho de lo que anuncia el prologuista, no es en esta primera parte donde pueden encontrarse "redundancias", sino en las "homogeneidades" de la segunda.

¿Y por qué se llama Abstraccions una sección que trata nada menos que de la muerte, de visitas a Urgencias, de vueltas a lugares del pasado? No sé. A mí me da que tiene que ver con esa obsesión con la lengua la palabra el significante el significado la semantitis la semantosis el palimpsesto del silencio la incomunicación la traición del lenguaje etcétera que tienen los que estudian la carrera que se llama Filología en España y Letras en la Argentina.

A lo mejor es eso. Qué se yo. A saber.

Para mí, que desde la época que era un adolescente posmo todo en esta vida, en un punto, puedo reducirlo a la categoría de "forma como cualquier otra de hacerse una paja mental", esa obsesión la veo como una paja mental como cualquier otra. Pero mi criterio..., en fin, maldita adolescencia noventera. No soy objetivo y existen grises, incluso en este tema los habrá.

Pero no estoy personalizando. Lo que hay es lo que hay, y hay obsesiones que van pasando de generación en generación. Si me preguntan, contestaré que yo no creo que quien dice "Apunten, fuego", pongamos por caso, esté preocupado por si el lenguaje lo traicionará.


Lo cierto es que la muerte es real en las Abstraccions. No es sobreentendida, mucho menos abstracta: le toca a caracoles, a pájaros, a un abuelo:

* El pájaro "(...) quan fa fred se'n va,/però torna sempre que pot". "(...) i, al final/mor, si pot, sense que ningú el mati" ("cuando hace frío se va,/pero vuelve siempre que puede". "(...) y, al final/muere, si puede, sin que nadie lo mate"). Bonito, ¿verdad?

* El pobre caracol "Voldria arrencar el vol,/però no pot (...)", "La seva mort/és la pluja escadussera/a l'hort" ("Querría arrancar el vuelo,/pero no puede (...)", "Su muerte/es la lluvia sobrante y suelta/en la huerta"). ¿Su muerte es una lluvia "que sobra, que queda [solta] o que no fa joc ni forma part d'un conjunt"? ¿O la lluvia es la lluvia, es eso y eso es lo que lo ha matado? Yo creo que lo primero.

* Del abuelo lo primero que cuenta es su muerte natural en el primer verso, un ahogado alivio que no puede decirlo después de ninguna otra cosa.

Después sí, el desequilibrio frente al mar, mirándolo, rodeada de blanda arena que lo lame, luchando para que su pequeña huella vuelva, que recorra su sendero solo de pena y silencio.

"Igual que un poema,/escrit en llapis/ [i que] pot esborrar-se" se fue el abuelo, tranquilamente. La poeta añora la "moltíssima calma" que le daba. Y yo, que ya sueño mil veces las mismas cosas, que las contemplo sabiamente, comparto la mirada desde el lugar del abuelo, no de la nieta. Me llena de vértigo y de envidia, es el sosiego que me gustaría despertar a mí cuando me toque. Que ya me valdría.

***

Me quedé al final sin tener ni idea de por qué se llama Abstraccions la primera mitad del poemario, por si hacía falta recalcarlo. Tenía la esperanza de que el cerebro se me activara durante el acto de escritura. Eso es lo que le pasa a la gente inteligente. Pero no es/fue el caso.

¿Tendrá algo que ver con que la vida es sueño, con que el amor [es] constante más allá de la muerte? Quizás.

Está claro, de todos modos, que tampoco podía llamarse Incerteses, porque madre mía si se llamaba así, y no sólo a nivel estilístico: Incerteses i certeses echaba para atrás a cualquiera, y el libro ganó un premio.