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domingo, 21 de febrero de 2021

Rudyard Kipling: CAPITANES VALIENTES (adaptado)

No es nada caro.

Almadraba tiene una curiosa colección de clásicos de la literatura universal adaptados al público infantil del cual he leído, ya, La llamada de lo salvaje y, ahora mismo, Capitanes valientes.  Curiosa, digo, porque los textos no están justificados, y básicamente por eso. Son como poemitas o romances, visualmente, y la factura es muy cuidada: buen papel, ilustraciones bonitas.


Capitanes valientes no es un libro que yo haya leído en mi juventud. Creo que tenía un ejemplar, pensaba que era de la colección Robin Hood y juraba que en la portada había un niño al timón de un barco muy derecho y muy sonriente, pero parece que eran todas imaginaciones mías.


La historia, sin sorpresas. No, al menos, en mi versión adaptada: un niño rico cae por la borda, es rescatado por un barco pesquero, madura al costado de los rudos hombres de mar. Y, después, el equilibrio natural se restituye, porque de ninguna manera el niño rico podía dejar de serlo, es decir, de naturalmente mandar sobre otros hombres a su mando y obedeciéndolo, que es para lo que nacieron y hay que estar loco para pensar lo contrario.


En fin.


lunes, 12 de octubre de 2020

Alejandra Vallejo-Nágera: Nela y el Ratón Pérez


Este librito cayó en mis manos de casualidad. Y sí, es literatura infantil, y a nadie le dio vergüenza que apareciera "Vallejo-Nágera" en la tapa. Que a quién se le ocurre que sería como si apareciera Mengele, ¿no?


La historia, una mierda. Torturar a niños se ve que es una tradición familiar...

miércoles, 18 de marzo de 2020

Jeff Kinney: Diary of a Wimpy Kid. Rodrick rules

El librito en inglés lo compré en Iberlibro.
El otro, ni idea.
Hace un tiempito acabamos de leer el primer libro de la serie con mi hija. Ella leía en voz alta en español, yo después en inglés.

Los personajes nos pueden caer bien o mal, eso está claro. Acabé un poco hasta los mismísimos de Greg, la verdad es que no es un personaje que me caiga especialmente bien. ¿Diario de un pringado total? Quizás. Y de un capullo atómico, desde luego. En fin. Digamos que tiene debilidades y debe salir adelante contra viento y marea. Mi hija está encantada con la serie, y no tengo razones objetivas para desanimarla. Lo que sí, como en tantos órdenes de la vida, Diario de Greg me demuestra por enésima vez que una cosa son los inescrutables caminos de la corrección política, y otra bien diferente las iniciativas culturales que funcionan masivamente, llámese Bad Bunny o Jeff Kinney. O sea, los valores que enseña esta serie medio como que no, pero bueno, así son las cosas.

Estos dos los hemos empezado a leer hace unos días. La novela es igual de ágil y simpática que la precedente, y tan a reventar de phrasal verbs como ella. La traducción, por supuesto, tan mojigata como el primer libro de la serie.


domingo, 10 de febrero de 2019

Jeff Kinney: DIARIO DE GREG. UN PRINGAO TOTAL

Es de mi hijo.
Fue un regalo de cumpleaños.
No sé si se lo regalamos nosotros o fue regalo de alguien, creo que lo segundo, pero este libro es de mi hijo desde hace varios años. Ahora, los está leyendo y devorando mi hija, enganchadísima. Suelo leer, al menos, el primer libro de la serie de cosas que le guste leer a mis hijos, y este es el último con el que me he metido.

El Diario de Greg es un El pequeño Nicolás revisitado por un gringo mucho después. El segundo es el que me tocó leer a mí cuando era niño.

El humor de este libro está bien, la escritura es ágil y los dibujos son muy simpáticos. Si mis hijos han estado encantados de leerlos, por mí perfecto.

Hace unos días compré los cinco primeros volúmenes
en inglés a una librería en línea de Inglaterra,
Reino Unido, Gran Bretaña o de por ahí.
Muuuuuuy baratos, la verdad.


De piedra me dejó leer los "morons" y los "sissys"
en un librito de literatura infantojuvenil.
Se ve que me hacen falta toneladas de input de ese,
para no quedarme boquiabierto y babeando a la primera.
Por no mencionar nada de los phrasal verbs, God damn them.



Fácil imaginar el mensajito furtivo sin que la seño se de cuenta.
La taquigrafía primaria y la ortotipografía laxa,
encantadoras, por supuesto.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Louise Fatio: ¿DÓNDE ESTÁ EL LEÓN FELIZ?

El quinto de la serie, el único que he leído.
Poquitos libros conservo de cuando era chico, pero éste aún lo tengo conmigo. Lo editó Kapelusz en 1975, lo leí decenas de veces, después lo leyó mi hijo, ahora mi hija, primero lo personalicé yo con dibujitos y rayones y ahora mi hija, bolígrafos y lápices sobre el papel grueso y quebradizo.

La autora escribió un montón de libritos de esta serie. Seguramente acabaré haciéndome con ejemplares en inglés, porque todo suma y más si nos ponemos nostálgicos. Yo sólo leí éste, aunque creo que alguna vez me crucé con El león feliz así, a secas, pero ya era demasiado grande para pedir que me lo compraran.

El león feliz vive en el zoológico y es amigo de Francisco, el hijo del guardián, quien se ha ido lejos a estudiar internado. El león feliz lo extraña tanto, está tan triste, que decide escaparse e ir a buscarlo. Obviamente la decisión no es del agrado de todos, mucho menos de los distintos personajes con los que va cruzándose por el camino. Pero la realidad es que el león feliz es más manso y amable que mi gatito, que cuando juega saca las uñas.

Y por si todo esto fuera poco, las ilustraciones te iluminan, te asustan, te hace sentir frío o calor, te sumergen en un tiempo otro que te enganchan de una vez y para siempre.


domingo, 12 de noviembre de 2017

Lyman Frank Baum: THE WIZARD OF OZ

Cuando era pibe leí varias veces El mago de Oz en la edición de Robin Hood, la de tapas amarillas. Fue un libro que me acompañó durante años, y más que ningún otro. El otro día me crucé, supongo que en una casa de empeños, con esta versión resumida por Oxford Bookworms importada directamente de China, y me la compré. Se lee en una horita, hora y media.

¿Quién había escrito un texto satírico sobre cómo adaptar los clásicos? No lo recuerdo.

Ya me había olvidado de varias cosas, de esta novela. Se me volvió a estructurar, más o menos, el devenir de los personajes al acabar mi versión amarilla, mi stage 1. Me acordé de las cuatro brujas, de cómo vuelve Dorothy a su casa de Kansas, de que los monos voladores de los Simpsons son un homenaje a este libro, esas cosas.

Tendría que tener los cataplines necesarios para leerlo en su versión original, sin censura y sin adaptación.


sábado, 21 de octubre de 2017

Geronimo Stilton: EL LLIBRE I LA ROSA

Lo regalaba una seño.
Yo sé que hay libritos de Geronimo Stilton de todas las formas, colores, tamaños y olores, que no sabores. El que me ocupa, El llibre i la rosa, es una edición pequeñita, en catalán, supuestamente traducido de un ignoto original italiano, Il libro e la rosa, que no parece que haya sido nunca publicado en italiano previamente, porque el único que he podido encontrar del mismo nombre parece cualquier cosa menos un libro para niños.

En fin.

El llibre i la rosa seguramente es obra de un escritor o grupo de escritores en la sombra, eso que antes se llamaba negro literario. Es decir, Geronimo Stilton funciona como una franquicia en la que los verdaderos creadores son invisibles, y que sólo reconoce el trabajo del traductor, David Nel·lo, y la idea original (?) de la creadora del personaje, Elisabetta Dami, es decir, sólo y aparentemente de las firmas que puedan prestigiar al producto.

A mí, que estoy leyendo No logo por estas épocas, esas prácticas me están volviendo a dar bastante asco, porque son una muestra más de que toooooooooooodo el poder lo quieren las corporaciones, y sin piedad alguna.

Y sí, yo con estas cosas me doy manija.

***

Dejando de lado al libro como objeto de consumo, y centrándome en su calidad lecturable (lo siento, pero para mí lecturable es un significante vacío de esos), ¿qué me pasa con El llibre i la rosa?:

1) Lo he leído por el mismo motivo que leí Harry Potter (no me gustó nada) o Dragon Ball (bueh...): si les gusta a mis hijos, vamos a ver de qué se trata.

2 A) ¿Me gustó? Maso. El libro fue un éxito de ventas en Cataluña.

3) ¿De qué va la historia? Geronimo Stilton es un ratón periodista que viaja a Barcelona o Ratalona, "la ciudad más alegre del mundo" (¡?) con su familia, y tiene que dar un discurso en ocasión de la celebración de la Diada de Sant Jordi (la gente se regala libros y rosas en esa fecha). Sucede un romance y una aventura.

4) Entonces, qué, ¿vale la pena? Yo tengo el prejuicio de que no puede haber métodos malos para incentivar la lectura en niños y adultos si éstos, sencillamente, funcionan.

Si a un hijo mío le gustara leer los vomitivos rejuntados de palabras de los sobrecitos de azúcar, que los lea. Y si hay que conseguirle sobrecitos de azúcar, se le consiguen. Una vez que se descubre que a uno la lectura le gusta, el cielo es la frontera, y ya habrá tiempo para oscurecer el paladar si es que hace falta eso, claro. Que le pregunten a Guy Montag, si no.

¿Qué es lo que engancha de Geronimo Stilton? Ni idea, pero supongo que las pinceladas de fino humor que hay por aquí y por allá, funcionan. A mí, por ejemplo, el uso de roedor/a como sinónimo de persona y de chico/a, me gustaba, y era de esas cosas satisfactorias que esperaba con impaciencia a medida que pasaban las páginas.

Se me ocurre, también, que el sistemático resaltado de algunas palabras con caracteres de fantasía también funciona. Y aparte construye un vínculo de amor entre la palabra y el lector, la palabra se transforma casi casi en un objeto de deseo fetichista, y eso no puede ser malo.

En el caso de mi traducción catalana, algunas de las palabras resaltadas las leí por primera vez en sus páginas. Por ejemplo:
, que significa encaprichado pero también enamorado. Y, desde luego, no necesité acudir al diccionario para dejarme envolver por sus múltiples resonancias significantes. Una bonita forma de adquirir nuevo vocabulario, desde luego.

A mi hija, por lo pronto, no parece que la esté enganchando. El típico preciosismo en la elección de la palabra perfecta que voy viendo en los libritos para niños en catalán no se fructifican frente a mis hijos en sonrisas perfectas, porque la falta de inteligibilidad, a mi parecer, entorpece la constancia de la mirada. Es un tema de equilibrio, según lo veo yo.

2 B) ¿Volvería a leer otro libro de la saga? No veo por qué no, pero a condición de que los encuentre en otro idioma que no sea castellano.

sábado, 17 de junio de 2017

Traduciendo VOLEVO UN GATTO NERO

Hace unos días traduje, para consumo propio/profesional, una canción infantil italiana, "Volevo un gatto nero". Hay por ahí una versión traducida y grabada en castellano hace muchos años, y en eso se nota que no soy un nativo digital, porque se me ocurrió buscarla en Internet bastante después de que se me ocurriera traducirla por mi cuenta y riesgo.

Pero bueno, en fin, no me gusta esa versión en castellano. Me parece a mí que le quita toda la encantadora carga de mala baba que tiene la letra original.

¿Verdad que existe una carrera de Traducción? No lo soñé, ¿verdad? Y seguro que existen infinitos artículos académicos explicándolo todo, absolutamente todo del noble arte de traicionar traduciendo, ese juego de palabras intraducible. Pero yo lo único que leí sobre el tema, que yo recuerde, se lo leí a Borges. O a un profe que escribió un ensayo sobre la faceta traductora de Borges.

Pero bueno, a lo que iba. ¿Cómo se traduce una canción? Lo hice como pude. Me encantó cambiar "un coccodrillo vero/un vero alligatore" (a partir de aquí paso ya de las bastardillas) por "un cocodrilo verde/un verde cocodrilo", no porque me causara ni pizca de gracia cargarme el coccodrillo de un verso y el alligatore del siguiente, que no fue así y maldita la gracia (había estado coqueteando con la posibilidad de hablar de cocodrilos y caimanes), sino porque "verde" encajaba como un guante en la oreja de quienes hubieran escuchado el "vero" original (básicamente y principalmente mis propios alumnos de música). Y aquí paz y después gloria.

En el estribillo solucioné algunos problemas que me aparecían con la rima aprovechando que veinte años no es nada: donde hacía falta usaba el "vos", donde hacía falta usaba el tú. Y aquí paz y después gloria porque, que yo recuerde, hay escritores que hacen eso, por ejemplo, cuando escriben en catalán, hacen servir cualquier particularidad dialectal si les viene a cuento y lo necesitan. Yo tres cuartos de lo mismos, porque me parece muy bien. Aparte tiene su encanto. Y, aparte, hay países castellanoparlantes en los que es común eso de mezclar el tú y el vos, y quien no me crea puede preguntárselo a un boliviano.

El "non era una giraffa/di plastica o di stoffa/ma una in carne ed ossa, etc." lo cambié por "no era una jirafa/de plástico o de atrezo/era de carne y hueso, etc." Uf, yo no sé, es la primera vez que traduzco una canción, pero qué estimulante es esto de traicionar al autor para decir algo que ¿muy en el fondo? ¿no lo traiciona un carajo? y que queda ¿tan bonito? como pero ¿tan diferente? de.

El "un elefante indiano/con tutto il baldacchino/l'avevo nel giardino/ e l'avrei dato a te" me quedó en un "un elefante indio/incluso con colmillos [¿o "con todo y sus/los colmillos"?. Aún no lo tengo claro]/lo tengo de chiquillo/te lo he traído a ti". ¿Cómo metía ese "baldacchino"? menos mal que se me cruzó por la mente el dúo colmillos/chiquillo, que si no... Y, aparte, tiene la pequeña gracia de que queda tan fantasioso como el original, aunque más complicado-¿petulante? (es muy posible que me esté pasando de listo, lo que suele ser un pecado imperdonable) de descubrirlo: los elefantes asiáticos no suelen tener colmillos, y ahí está la cosa, la afirmación exagerada, casi tanto como la promesa del elefante con palio y todo.

En fin, sin más vueltas y por si a alguien le interesa...:


Lallallallallalla
La-llà.

Un coccodrillo vero,
Un vero alligatore,
Ti ho detto che l'avevo
E l'avrei dato a te.
Ma i patti erano chiari:
Il coccodrillo a te
E tu dovevi dare
Un gatto nero a me.

Volevo un gatto nero nero nero:
Mi hai dato un gatto bianco
Ed io non ci sto più.
Volevo un gatto nero nero nero...
Siccome sei un bugiardo
Con te non gioco più.

Lallallallallalla
La-llà.

Non era una giraffa
Di plastica o di stoffa;
Ma una in carne ed ossa
E l'avrei data a te.
Ma i patti erano chiari:
Una giraffa a te
E tu dovevi dare
Un gatto nero a me.

Volevo un gatto nero nero nero
Ecc.

Lallallallallalla
La-llà.

Un elefante indiano
Con tutto il baldacchino,
L'avevo nel giardino
E l'avrei dato a te.
Ma i patti erano chiari:
Un elefante a te
E tu dovevi dare
Un gatto nero a me.

Volevo un gatto nero nero nero
Ecc.

Lallallallallalla
La-llà.

I patti erano chiari:
L'intero zoo per te
E tu dovevi dare
Un gatto nero a me.
Volevo un gatto nero nero nero,
Invece è un gatto bianco
Quello che hai dato a me.
Volevo un gatto nero
Ma insomma nero o bianco
Il gatto me lo tengo
E non dò niente a te.

Lallallallallalla
La-llà.

La la la la la la
la la.

Un cocodrilo verde
un verde cocodrilo
directo desde el Nilo
te lo he traído a ti.
El trato era muy claro:
el cocodrilo a ti,
y tú debías darme
un gato negro a mí.


Quería un gato negro,
negro, negro,
me has dado un gato blanco
y el trato se rompió.
Quería un gato negro,
negro, negro,
porque sos tan tramposo
no juego más con vos.


La la la la la la
la la.

No era una jirafa
de plástico o de atrezo,
era de carne y hueso,
te la he traído a ti.
El trato era muy claro:
la jirafa pa' ti,
y tú debías darme
un gato negro a mí.


Quería un gato negro,
negro, negro,
me has dado un gato blanco
y el trato se rompió.
Quería un gato negro,
negro, negro,
porque sos tan tramposo
no juego más con vos.

La la la la la la
la la.

Un elefante indio,
con todo y sus colmillos,
lo tengo de chiquillo
te lo he traído a ti.
El trato era muy claro:
el elefante a ti,
y tú debías darme
un gato negro a mí.


Quería un gato negro,
negro, negro,
me has dado un gato blanco
y el trato se rompió.
Quería un gato negro,
negro, negro,
porque sos tan tramposo
no juego más con vos.


La la la la la la
la la.

El trato era muy claro:
un zoo para ti,
y tú debías darme
un gato negro a mí.


Quería un gato negro,
negro, negro,
me has dado un gato blanco
y el trato se rompió.
Quería un gato negro,
en suma, negro o blanco,
el gato me lo quedo,
no hay nada para vos.


La la la la la la
la la.


PD) Lo malo que tiene traducir una canción que ya alguien tradujo y editó es bastante obvio: hay mucha gente que la escuchó ya en una versión y lo lógico es que le chirríe que se la cambien. Así me ha pasado, lo he presenciado, pero bueno, es una mancha más del tigre.

domingo, 12 de marzo de 2017

Angelo Nobile: LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

¿Lo compré en un rastro
o en una casa de empeños?
Estoy bastante seguro de
que fue en el rastro de al
lado del Museo de Bellas Artes
de Valencia,
pero andá a saber...




Me ponía a leer versiones no adaptadas, o apenas, de clásicos infantiles y juveniles, y los personajes hacían cosas horribles con las que no podía estar de acuerdo. Y, muchas veces, no me reconciliaba con ellos, ni siquiera, a pesar de los muchos y buenos esfuerzos en pro de la reconciliación de conflictos que los autores acometían. Y a lo mejor me peleaba también con el autor.

O sea, si a Hansel y Gretel los padres los largaban en el bosque para que se murieran, era ni más ni menos que lo que había, porque así lo habían inventado. Y que no me la contaran diferente, y vaya si recuerdo la indignación que sentí la primera vez que descubrí que me habían edulcorado una historia.

Leer cosas horribles me dejaba bocabadado, pero reflexionando. Las Caperucitas que se llevaban el Lobo al zoo, pongamos por caso, me producían urticaria neuronal, me llenaban el cerebro de caries y el corazón de odio. O sea, había también reflexión, no puedo negarlo, pero no sentía que sirviera de mucho.

Básicamente, me servía para confirmar que no se puede comparar un boli Bic azul con un boli Bic azul.

Que no todo es blanco o negro sino que hay grises lo aprendía leyendo salvajados. Que la cadaunada propone y la propia circunstancia dispone. Que no me valía de nada que me lo dieran todo masticadito (y que el paso del tiempo es una forma como cualquier otra de que se le salga a uno el tiro por la culata: lo que alguna vez había estado masticado volvía a exigir una buena dentadura para poder pasarlo. Y me refiero a las enseñanzas morales bien armaditas que se desmontan solas leyéndolas algún siglo después [Umberto Eco lo explica en Lector in fabula {el libro no está más bueno que la peli porque, sin limitarse a y sin que sea razón suficiente, todavía no hicieron la peli}]).

***

Jamás le creí a Antoine de Saint-Exupéry, por ejemplo, que el Principito había vuelto a su asteroide después de que la serpiente lo mordiera. Jamás acabé de creerme que Martín Fierro fuera, en el fondo, un tipo al que hubiera que perdonarle su crimen más atroz. Nunca me pareció el padre de Hansel y Gretel menos culpable que la madrastra del abandono de aquéllos, se pusieran los hermanos Grimm como se pusieran. 

Etcétera tres veces.

Angelo Nobile, aunque me ayuda a sistematizar el asunto, tampoco es que me da claves para posicionamientos nuevos ante el ídem. Todo lo más, y parece bastante obvio que cuando afirma sobre esta cuestión lo guían la prudencia y la profilaxis emocional más que criterios científicos probados experimentalmente (con toda la complicación del caso, que no es poca), me recuerda que, en lo que atañe al cuento de hadas (pero que puede extrapolarse, según lo veo yo), la mediación del adulto, la lectura grupal y el cuentacuentos (que no lo llama así) son las mejores opciones para que los niños puedan enfrentarse a sus oscuras complejidades.

Y sobre el papel de la figura femenina poco aporta. Entre otras cosas, porque interfiere su pluma su evidente fastidio ante (y estas comillas son del autor, que cita a otro con el que está algo de acuerdo), los "catastróficos comandos feministas". Unos comandos a quienes juzga "poco generosos" en su "punto de vista beligerante", además de, básicamente, miopes. Y censores.

En fin. Es cierto que la simple adaptación con la escoba no creo que sea la mejor opción para que el odio y la dominación no se esparza de la mano de Caperucitas, Cenicientas y Bellas Durmientes, y que siempre se corre el riesgo de caer en lo políticamente correcto, pero también es fácil el asunto si uno es un tipo, que no una mina, y la mierda no lo salpica.

Pero el pasado no es algo que se pueda modificar, lo deseable sería que las obras artísticas de hoy no esparcieran el mismo veneno (¡hola, Rey León...!). Lo cual tampoco es sencillo, la piedra espera su nuevo encuentro con nosotros. Y es paciente.

***

Esta cosa de reseña no tiene nada. Es una especie de "a propósito de...".

O una reseñibola. Eso sí que es. Sobradamente.