sábado, 5 de agosto de 2017

Pep Bataller: EQUIPATGE DE SET

Creo que lo compré
en la París-Valencia de Serranos,
pero andá a saber.
Equipatge de set ganó en 1987 el Premi "Ciutat de València" en la modalidad de poesía, año en el que fue publicado por Víctor Orenga, editor y el Ayuntamiento de la ciudad.

El autor, Pep Bataller, publicó varios libros, ya, tanto en valenciano como en castellano, y además recibió otros premios.

Bataller es un tipo que nació en los '50. O sea, quizás no tuvo que tragar la peor mierda de la dictadura (eso que algunos gustan llamar "posguerra"), pero desde luego su infancia se habrá desarrollado en un contexto, como mínimo, de extraordinaria placidez, que dicen los fachas.

Yo, a partir de mis lecturas, sobre todo, de Vicent Andrés Estellés y de Ángela Figuera, identifico a la poesía de posguerra con la tristeza en el cuerpo. No es una tristeza inmovilizadora, me queda claro, pero sí contundente. Una tristeza con dos cojones.

Los poemas se divide en dos secciones: Memòria de la pell (Memoria de la piel, que a su vez está dividida en Primera memòria y Segona memòria), y Equipatge de set.

La portada te da una pista clave para que no te sorprenda el poemario: yo tendría que haber juzgado el libro por su cubierta. Si me quería evitar sorpresas, quiero decir. Porque llegar a la última sección del poemario, el Equipatge de set, y que la tristeza de los primeros poemas:

Peró no eren bons temps,
i tu buscaves l'oblit de tota cosa
precedida,
i començar de nou,
com si fos fàcil esmerilar la pell
i ser asèptics als amors en què ens hem complagut,
i esborrar-los del mapa.
(Pero no eran buenos tiempos,/y tú buscabas el olvido de toda cosa/precedida,/y comenzar de nuevo,/como si fuese fácil esmerilar la piel/y ser acépticos a los amores en que nos hemos complacido/y borrarlos del mapa), no se haya macerado sino incorporado a una felicidad asumida:
visc amb la cara oberta
i aguante,
bastant bé, l'envestida dels dies.
(vivo con la cara abierta/y aguanto,/bastante bien, la embestida de los días.), como nos cuenta en el poema final, L'home sense corfa (El hombre sin ¿caparazón?), la verdad, que me tomó de sorpresa. Desde luego, no es la actitud esperable en un blandengue de mi generación, todo hay que decirlo.

Si le tengo que poner una pega al valor y alcance probatorios de la portada, es que presenta a un poeta caminando solo hacia el horizonte amaneciente: de solo nada, el poeta no se pretende ni se busca ni está solo. Aunque sí, camina hacia el amanecer.

Este poemario se lo puede encontrar, por ahora, hasta debajo de las piedras. Si te querés hacer con un ejemplar, por suerte, no hace falta pagar los  aproximadamente 500 euros por ejemplar como piden un par de flipados de Amazon. Por bastante menos se lo encuentra en otras librerías de viejo en línea. Y yo creo que no sobra en la biblioteca propia.

2 comentarios:

  1. Me encanta que hayas leído el libro de mi padre, y que te haya gustado! Me parece que has acertado perfectamente en tu análisis y tu comentario. Él también piensa lo mismo, gracias.

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