miércoles, 1 de enero de 2020

Jean-Paul Sartre: A PUERTA CERRADA

Acabo de leer o releer, no me acuerdo bien, una obrita de teatro de Sartre en un acto, A puerta cerrada. Hace un tiempo vi una adaptación cinematográfica francesa, la única que vi, si no recuerdo mal.

Todavía no me le animé a El ser y la nada, no sé si alguna vez lo haré, pero ya hay varios libros suyos que me metí entre pecho y espalda. Este texto se lee en un suspiro, menos de media hora, y la obra de teatro durará una hora o así. Teatro por horas a la francesa, como quien dice.

Los protagonistas, dos mujeres y un hombre horribles, están muertos y en el infierno, que parece ser un hotel. Se necesitan mutuamente, pero cada uno es la kryptonita de los otros dos. Y, como ya están muertos, no hay nada que puedan hacer que pueda cambiarlo, se me antoja, porque su carácter ya está forjado de una vez y para siempre. Ya no están arrojados al futuro y todo eso, sólo les queda el presente invariable.

¿Hay info dump en la obra de Sartre? Quizás sí, quizás no, quizás dependa de qué tan bien hagan su trabajo director y actores. ¿Son una "intrusión del autor"? Si nos ponemos sartreanamente impiadosos, o impiadosamente sartreanos, que viene a ser lo mismo porque lo mismo es, pues seguramente. Los personajes nos explican y se explican de todo, todo el tiempo, y sólo la pericia actoral o del director, me parece a mí, puede disimularlo. Pero qué se puede esperar de las pretenciosas puestas en escena de lo que es muy importante. Que le pregunten a Robert Bresson, que no me deja mentir.

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